Ehsan Ullah Khan visita Asturias. Una vida luchando contra la esclavitud

Ehsan Ullah Khan lleva 50 años luchando contra la esclavitud infantil en el mundo. Para poder conocer su testimonio y acercarnos a la realidad de la esclavitud infantil, Encuentro y Solidaridad organizó durante la última semana de noviembre numerosas actividades y encuentros en Asturias.

Fue una semana muy intensa en la que estudiantes y ciudadanos en general han podido tener contacto directo con este luchador y descubrir las consecuencias que puede tener un acto cotidiano como puede ser el de comprar una prenda de, por ejemplo, Zara. Consecuencias para los niños de Asia que las elaboran, para quienes las venden, para los propietarios de la empresa, para el medio ambiente, e incluso para la salud de quienes nos las ponemos.

En colegios, institutos de educación secundaria, facultades y centros culturales, incluida la Casa Cultura y Encuentro, hemos podido reflexionar sobre esta realidad, para unos conocida (tras muchos años de trabajo conjunto) y para otros totalmente novedosa e impactante. Pero en todos los ambientes, y ante un problema tan grande, que afecta a cientos de millones de niños, siempre ha salido la misma pregunta del auditorio “¿Qué podemos hacer?” Y Ehsan siempre ha tenido respuesta, una propuesta de acción sencilla para empezar, diferente dependiendo del ambiente al que iba destinada, pero siempre realizable ¿Queremos empezar?

Un grupo de estudiantes universitarios sí ha querido y ya han quedado para realizar un taller de acción no violenta contra la explotación en la industria textil. Será en la Casa Cultura y Encuentro de Oviedo los días 14 y 15 de diciembre, contando con la colaboración de la plataforma Dignitex.

También ha tenido tiempo Ehsan para encontrarse con el Arzobispo de Oviedo, D. Jesús Sanz, quien le ha recibido muy interesado porque este hombre de mirada cariñosa quiere beatificar al que fue para él como un hijo: Iqbal Masih. Es la primera vez que un musulmán pretende solicitar la beatificación de un cristiano. Para él la muerte de Iqbal fue un martirio y esa circunstancia fue el detonante para que la sociedad a nivel mundial conociera la existencia de la esclavitud infantil.

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