La Casa de Cultura y Encuentro, cumpliendo con todas las medidas sanitarias requeridas, ha vuelto a abrir sus puertas, para el encuentro de niños, jóvenes y familias.

• Con apoyo escolar. Los jueves de 17 a 18 horas
• Ludoteca y Escuela de padres y madres. Los lunes de 17.30 a 18.45.

En estos primeros encuentros se ha vuelto a demostrar cómo los seres humanos estamos hechos para compartir, para encontrarnos, para el diálogo que nos enriquece. En nuestra primera sesión estuvimos dialogando sobre lo que había supuesto para cada uno el confinamiento, compartiendo los sentimientos que vivimos: de miedo, soledad, aislamiento, estrés, y también alegría, cuando pudimos conseguir tiempo con nuestra familia para compartir juegos, actividades y aficiones. Encuentros y encontronazos se han vivido en nuestras casas, en diferente medida. El trabajo, la vivienda, y la red social han influido en cómo hemos vivido el confinamiento.

También dialogamos sobre cómo afrontamos ahora esta situación de “nueva normalidad”, tan llena de incertidumbre, con la sombra de la crisis económica acechando y la conciencia de que no hay un plan estratégico claro y definido para dar una respuesta eficaz a esta situación, intentando, a pesar de todo, vivir en medio de la pandemia, sin dejar que el miedo nos bloquee.

Acabamos nuestro encuentro compartiendo algunos de los retos que tenemos entre manos. Con respecto a nuestros hijos, vemos necesario hacer una reflexión profunda sobre el uso de la tecnología, tanto en la educación como en la familia. Y también destacamos la importancia de la presencialidad en la escuela, y que se cuide además del bienestar físico de nuestros hijos, su salud psicológica y social.

También vimos que tenemos otros retos como adultos. El de protagonizar el momento que estamos viviendo, sin dejar que nos dirijan o nos impongan una manera de pensar, relacionarnos… Para eso no podemos renunciar ni a la creatividad, ni a intentar dar respuestas comunes a los problemas que tenemos. Necesitamos vencer el conformismo, el individualismo y la desinformación y crear una cultura de solidaridad y apoyo mutuo, donde lo normal sea la colaboración, donde cada uno ofrezca lo mejor de sí mismo para aportar a los demás.