Antonio Turiel, físico teórico e investigador del CSIC, participó el pasado julio en unas jornadas organizadas por el Ágora País Llionés en Astorga sobre energías renovables. Antonio Turiel es doctor en Física Teórica, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y ha convertido su blog ‘The Oil Crash‘ en una referencia sobre energía.
Nos hacemos eco de esta entrevista que le hicieron esos días en astorgaredaccion.com
Usted abrió las jornadas con la conferencia ‘Presente y futuro de la energía’. ¿Qué mensaje transmitió en Astorga, una ciudad que probablemente en unos años se vea rodeada por un mar de placas fotovoltaicas?
La urgencia que hay por hacer un cambio de modelo energético no está solamente motivada por el problema del cambio climático, no es la única razón y de hecho no es la que obliga a realizar este movimiento tan urgente, sino por un problema más grave en el corto plazo que es la escasez de petróleo. Es un tema que vengo siguiendo desde hace unos años y es un problema conocido que se sabía que tenía que llegar y ha llegado.
Las compañías petroleras están dejando de invertir en buscar nuevos yacimientos de petróleo porque saben que lo que queda no es rentable, ya lo pudieron comprobar en el periodo que va de 2011 a 2014 en el que perdieron mucho dinero a pesar de que el precio del petróleo era muy alto, se sabe perfectamente que es el nivel máximo que puede soportar la economía si entra en recesión, con lo cual al precio más alto que se pueda vender pierden dinero. Desde 2014 están desinvirtiendo y si no hay una actuación de los estados, que tendrá que haberla, vamos a tener una caída muy brusca de la producción de petróleo, tan brusca como que desde aquí a 2025 si no se hiciera nada la producción de petróleo caería a la mitad. En la crisis de 2008 el consumo de petróleo cayó un 4 %, en la Segunda Guerra Mundial cayó un 20% y ahora estamos hablando de un 50%.
Esta es la magnitud del problema, realmente esto es lo que está detrás de todos estos movimientos que se están haciendo, la prisa actual porque evidentemente estas cosas son bien conocidas, son datos públicos de la Agencia Internacional de Energía, del departamento de los Estados Unidos, de algunas grandes consultoras, y esto los gobiernos de Europa y de Estados Unidos lo saben de sobra. Lo que se está haciendo es intentar una rápida sustitución que no se ha hecho en décadas y ahora hay prisa.
¿Es un problema solo de escasez de petróleo?
El problema no solo es el petróleo, es también el gas natural, el carbón o el uranio. Las fuentes de energías fósiles, que están muy concentradas ya que con muy poco volumen se obtiene mucha energía y que además se pueden ir consumiendo al ritmo que marca el mercado, las quieren sustituir por renovables que por sus características son casi todo lo contrario, es decir, son energías que aparecen dispersas por todo el territorio y que además siguen el ritmo de la naturaleza. Esto es lo que lleva a que se tenga que producir muchísima energía y de manera muy ineficiente, porque todos los procesos de transformación que se hacen, por ejemplo, para convertir los flujos renovables en electricidad o convertirlos en hidrógeno, todo eso que pretende de alguna manera fosilizar la energía en algo parecido a los combustibles fósiles, implica grandes pérdidas porque en esos procesos de transformación se pierde mucha energía.
Este es uno de los problemas, se pretende implantar un modelo disparatado debido a que se quiere mantener un modelo de consumo centralizado en grandes ciudades como Madrid, Valladolid o Barcelona, y se quiere hacer de una manera muy poco eficiente como si no hubiera otro modelo, y esto no es verdad porque se puede aprovechar mucho mejor la energía si no se convierte en electricidad.
Otro de los problemas es que los sistemas de aerogeneradores o placas fotovoltaicas requieren muchos materiales que son escasos e insuficientes para que todo el planeta haga esta transición energética al mismo tiempo, sencillamente no hay material suficiente, ni litio, ni cobre, ni plata que es la que hace falta para las placas fotovoltaicas, ni manganeso para la acero, es decir, no hay suficiente materiales para hacer todo el despliegue a la escala global que se debería hacer.
Y para rematar el problema, como el petróleo ya está escaseando, porque no hemos hecho los deberes durante mucho tiempo y ahora nos entra la prisa, en este momento ya hay escasez de muchos materiales derivados del petróleo como el plástico y de manera menos evidente está afectando a la producción de otros materiales que necesitan diesel en su producción y transporte, como el cobre, el litio, el acero o el aluminio, faltan madera también alimentos, caucho o microchips. Por supuesto que hay muchos más factores, no solo el energético, pero es uno de los importantes. Si usted ahora va a una tienda y quiere comprar una PlayStation 5 le van a decir que tiene que esperar unos meses porque ahora mismo no hay, o si quiere comprar una bicicleta se dará cuenta que los precios se han multiplicado por tres o gente que me ha contado que no le reparan el coche por falta de suministros, también en las industrias transformadoras de España tienen problemas serios de suministro, y en esto existe un componente muy fuerte que es la escasez de petróleo.
Al final lo que hay que hacer es un cambio radical, abandonar una sociedad que está basada en el crecimiento perpetuo en un planeta que es finito y pensar en la producción y consumo locales, aprovechar las energías renovables de una manera diferente no solo para producir electricidad. Este modelo de aprovechamiento directo no gusta porque atenta contra los centros de gran consumo y contra la base de todo el modelo capitalista de crecimiento perpetuo, sin embargo genera riqueza y empleo a nivel local, y para el territorio es lo mejor.
¿Las energías renovables crean empleo local?
A principios del siglo XX en Cataluña proliferaron las colonias textiles, la fábrica se ponía al lado del río para con un aspa conectada a todo el sistema de engranaje y transmisiones de la fábrica y la fuerza del agua, mover todos los telares. Este tipo de sistema tiene entre dos y tres veces más rendimiento que la conversión a electricidad, que tiene muchas pérdidas, es mucho más eficiente y se generaba empleo, además son sistemas que no necesitaban materiales escasos ni raros, no son grandiosos como los grandes aerogeneradores que quieren poner en la montaña de León, que además de ser enormes requieren materiales escasos, es todo a una escala más pequeña, más fácil de reparar, los materiales que utilizaban eran muy sencillos, madera y piedra. Así funcionaban la industria textil, las papeleras, la metalurgia y demás, y todo esto generaba empleo a nivel local. Esto es lo que se hacía a principios del siglo XX y se nos ha olvidado
Pero en el caso de las grandes plantas fotovoltaicas que van a instalar en nuestras comarcas ¿van a generar empleo local?
Muy poquito porque no requieren gran cantidad de mano de obra. El objetivo de estas placas fotovoltaicas es captar los fotones y convertirlos en electricidad para llevarla rápidamente hacia Valladolid o hacia Madrid, que es lo que se ha hecho siempre con las centrales hidroeléctricas. Esto es exactamente igual, generan muy poco empleo. ¿Cuánto empleo han generado las centrales hidroeléctricas de León?, pues poquito.
Ha hablado hace un momento de que se quiere implantar un modelo energético disparatado de consumo centralizado en grandes ciudades como Madrid, Valladolid o Barcelona. Las comarcas de La Cepeda, Maragatería, la Sequeda o Valduerna ya sacrificaron su población con la emigración de mano de obra a esas grandes ciudades, y ahora les piden que sacrifiquen sus tierras y paisajes para la producción de energía con destino otra vez a las grandes ciudades. ¿Es necesario este nuevo sacrificio?
Yo creo que no, creo que es contraproducente. Uno de los grandes problemas es toda la megalomanía de estos grandes proyectos basada en la idea completamente errónea de que van a poder mantener un complejo industrial a la altura de los que existe actualmente. Es una idea falsa porque la falta de petróleo y de materiales provocará que la sociedad industrial vaya reculando. La producción tenderá a ser local, a consumir alimentos de proximidad. España produce solamente el 40% de los alimentos que consume y puede producir el 100%, tiene capacidad pero hay que ponerse a ello, pero seguimos pensando que se va a mantener el esquema de la globalización que son los cargueros que surcan los mares del mundo pero sin petróleo va a ser imposible, entonces vamos a dejar de importar productos de China. Esto va a ser así, o lo producimos al lado cerca de casa o no vamos a tener nada que hacer. Yo digo muchas veces que las minas del futuro son los vertederos, vamos a recuperar materiales muy últiles que hemos tirado allí tontamente y que se pueden reaprovechar.
Vamos a un modelo muy diferente… entonces toda esta megalomanía de estos proyectos renovables no solamente no van a poder evitar este colapso total o parcial de la civilización industrial porque se va a quedar sin el combustible que la ha mantenido durante todas estas décadas, sino que además está agrediendo aquello que nos va a resultar absolutamente básico en el futuro como es el medio natural, porque es de donde vamos a poder sacar todos los alimentos, el agua así como los materiales y recursos que vamos a necesitar, por lo tanto, no puede ser más absurdo y contraproducente. Las ciudades tal cómo están oconcebidas hoy en día, incluso León mismo, son insostenibles, la gente tendrá que esponjarse por el territorio, repartirse por el territorio, y trabajar en oficios diferentes.
No tiene ningún sentido hacer este tipo de agresiones que además tienen un impacto ambiental que se minimiza muchas veces porque se da a entender que no va a ser tan grande porque las placas fotovoltaicas y los aerogeneradores se pueden retirar, eso es mentira, los suelos se vuleven ácidos, se contaminan y les importa muy poco. Hay que ir en la dirección contraria porque atenta contra las bases de nuestra supervivencia. Es que no puede ser más erróneo este modelo y es un drama.
Fui al Senado en abril, me invitaron a participar en la Comisión de Transición Ecológica y les conté estas mismas cosas, pero hay tanta barrera, tanta inercia y tanto lobbies y presiones de las grandes empresas qué es muy difícil acceder a estos mensajes.
La llegada de esta explosión de macroplantas solares y eólicas a estas comarcas sucede cuando ya hemos aprendido que los grandes proyectos se fragmentan, lo vivimos en La Cepeda donde además corroboramos la lentitud de la Justicia para resolver las ilegalidades y abusos contra la naturaleza. En las solicitudes de los proyectos publicadas estos meses en los boletines oficiales volvemos a encontrarnos con proyectos fragmentados para agilizar la tramitación o saltarse algún resorte administrativo. ¿Es un primer aviso de que el modelo vuelve a ser, sobre todo, especulativo?
En estos proyectos existe un componente muy fuerte de especulación constructiva, es decir, esto es una nueva burbuja del ladrillo pero en vez de construir casas son parques solares y eólicos, a las constructoras les interesa porque les da actividad y les importa un bledo lo que se vaya a hacer después con la electricidad que se produce. Además las empresas que los promueven esperan contar con subvenciones europeas a través del fondo de resiliencia NextGeneration. Desde el punto de vista del Gobierno esto se fomenta porque así pueden vender que están cumpliendo los planes para la transición ecológica y la descarbonización de la sociedad española, pero hay un punto que es bastante claro: qué pasa después con estos parques que ya están instalados, aquí llegamos a una parte que es bastante perversa.
Tenemos que producir más electricidad nos están diciendo pero en España el consumo de electricidad representa un poco más del 20% de toda la energía final, de hecho la principal forma de energía final son los combustibles derivados del petróleo que suponen la mitad de lo que se consume porque el uso del coche o el camión es loque realmente consume el grueso de la energía. El consumo eléctrico hace décadas que está estancado en España, cuesta mucho hacerlo subir, y nos encontramos que vamos a producir más electricidad en un país que está sobreabastecido, aunque nos parezca increíble mirando las subidas de la factura que llega a nuestras casas.
En España hay 108 gigawatios (GW) de potencia instalada para un país que tiene un consumo de 30 GW de media, y bajando, y aunque no siempre sopla el viento y las centrales nucleares tienen que parar de vez en cuando, el nivel de redundancia para cubrir 30 GW de media lo lograríamos con 60, 70 u 80 GW instalados y sin embargo hay 108 y se pretenden instalar 58 GW más en solo 10 años, es decir, en toda la historia de España se han instalado 108 y ahora en 10 años se quieren instalar 58 más cuando la red eléctrica solo podrá acoger un tercio, de manera que para aumentar la capacidad habría que acometer reformas muy grandes en la red eléctrica que no se van a acometer porque no hay demanda, es que no hay más demanda de electricidad, es que aquí radica el problema fundamental porque se está haciendo creer a la gente que con la electricidad lo vamos a resolver todo cuando se sabe perfectamente que no es posible. Entonces, cuando todo esté construido y las empresas se hallan embolsado las subvenciones y tengamos esos sistemas que además ni siquiera puedan volcar la energía a la red porque no tendrá suficiente capacidad, ¿qué vamos a hacer con toda esa electricidad?
¿Qué vamos a hacer?
Si no se puede verter la electricidad en la red lo único que se puede hacer con ella es convertirla en hidrógeno, en hidrógeno verde del que se habla tanto ahora. Este tema ha vuelto a surgir con fuerza, es la tercera vez que se intenta introducir hidrógeno en los últimos veintitantos años porque realmente nos estamos quedando sin combustibles alternativos. El hidrógeno es un combustible para mover maquinaria pesada pero es malo, tiene poca densidad energética, no se puede comparar con el diésel pero es lo mejor que tenemos porque no se pueden fabricar camiones con baterías porque la batería ocuparía la mayor parte de la carga, se han diseñado algunos prototipos pero son un juguete, no sirven para nada, así que la única manera es intentar mover la maquinaria pesada con hidrógeno. Pero cuál es el problema de utilizarlo para motores, pues que en el proceso de transformación se desperdicia el 90% de la energía porque se trata de fosilizar una energía que no lo es. Entonces qué sucede, que no hay suficiente capacidad de renovables para producir el hidrógeno que querríamos consumir y esto en Europa lo tiene muy claro, basta mirar la estrategia europea del hidrógeno donde se reconoce que Europa no tiene potencial suficiente para producir todo el hidrógeno que necesita y tendrá que importarlo de otros territorios.
El gobierno alemán y varias empresas del país quieren instalar una planta de electrolisis en la enorme hidroeléctrica del río Inga de 3,5 GW, es como tres centrales nucleares, para producir hidrógeno verde y traerlo a Europa, porque ellos son conscientes de que va a faltar. Alemania está haciendo movimientos para apropiarse de tanto hidrógeno como pueda y un ministro alemán ya ha dicho que los países el sur de Europa tienen que ser con Alemania con los nuevos proyectos de energías renovables y de producción de hidrógeno. España está recibiendo de los fondos de resiliencia más de lo que le tocaría por su tamaño en población y PIB, el 37 % de estos fondos están destinados a proyectos que conduzcan a la descarbonización, con lo cual en Alemania se están frotando las manos porque los españoles estamos instalando un montón de proyectos y no estamos trabajando en el aprovechamiento del hidrógeno, pero en Alemania sí que se están poniendo las pilas. Puede que España se convierta a corto plazo en el Congo de Alemania. En Europa tienen muy claro que no se puede mantener la industria de toda Europa, van a intentar mantener la de Alemania y algo de Francia y el resto que se hunda, nosotros nos vamos a convertir en un proveedor porque España tiene un buen potencial de renovables.
¿Cómo tendría que ser la transición hacia un nuevo modelo energético?
La transición energética, y más con la urgencia que tenemos con la escasez que ya se está produciendo de materiales y petróleo, debería servir en primer lugar para abastecer las necesidades fundamentales a nivel local, si el petróleo abundante y barato favoreció la globalización justamente la falta de petróleo es lo que va a favorecer la localización. En lo primero que hay que centrarse es en el abastecimiento de alimentos por razones obvias y hay que hacerlo de proximidad, luego asegurarse el abastecimiento de agua potable que es un problema cada vez más perentorio y no es tan sencillo porque muchos productos para la potabilidad se consiguen de combustibles fósiles aunque es verdad que el cloro se puede obtener extrayéndolo directamente del agua del mar; también es importante el saneamiento porque las aguas residuales son las que propagan enfermedades. En tercer lugar, dedicarse a la producción de proximidad para abastecer la necesidad de materiales.
La gran clave del proceso de transformación que se tiene que producir es la relocalizacion, hay que relocalizar tanto como se pueda materiales, actividad y energía, todo tiene que estar cerca porque al final todo lo que acaba desperdiciando gran cantidad de energía es el transporte lejano. Y la otra clave es el decrecimiento aceptar que en un planeta finito uno no puede crecer indefinidamente, de hecho nos hemos pasado ya de la raya, tenemos que reducir nuestro nivel de presión sobre el planeta y reducir nuestro consumo de recursos a unos niveles más adecuados.