Fotografía: Taller cosiendo material sanitario en tiempos de Covid
Así se llega a la oración más perfecta (para el común de los mortales) que es la oración activa; la que ha santificado a los Santos, aún a aquellos que menos pudiera parecerlo, como Sta. Teresa del Niño Jesús, por ejemplo.
Es la oración -presencia de Dios- hecha vida, tratando de que las propias operaciones sean las de Cristo puesto en nuestra situación, y esto por fidelidad al propio Bautismo, y viendo en los demás al mismo Cristo, cómo exigencia del Mandamiento Nuevo.
La meditación, la oración vocal, y la liturgia aparecen así como indispensables para disponernos a permanecer fieles a la Gracia y para ser instrumentos útiles y dóciles en las manos de Dios para la construcción de su Reino.
Cuando la oración se convierte en acción desaparecen todos los peligros del ‘activismo’ y de los ‘quietísmos’, y se entra en la línea que marcó Jesucristo y que han seguido los Santos de todos los tiempos.
Guillermo Rovirosa en Cooperatismo Integral, 1959
“Cocinar o dar una conferencia, hablar o callar, cuidar a un enfermo o escribir…cualquier trabajo puede volverse sagrado por el modo en que lo vivimos” (Madeleine Delbrel)
Gracias una vez más por acercarnos a Guillermo Rovirosa en esta esencia que es la oración activa motor de todo desarrollo humano
«Hasta mañana en el altar»
Gracias Isabel por presentarnos a Guillermo Rovirosa de una manera tan bonita , personalmente es de gran ayuda. Un abrazo
Creo que la oración es cada día más necesaria para poder ser en el mundo.
Es muy gratificante leer esta reflexión.La oración es lo más valioso que tenemos para que el Espíritu nos dé su gracia.
La oración activa y en quietud, es a el alma que sigue a Jesús, como el agua es a nuestro cuerpo, me parece a mí.
Hacer silencio ante Jesús me facilita a mí que luego la acción pueda ser oración.
Un abrazo amig@s.
Contemplación y Lucha entonces, indispensablemente unidas