Videofórum, testimonios de explotación laboral y presentación de la acción «Jóvenes que luchan contra la esclavitud».
16 de abril, día mundial contra la esclavitud infantil
Un joven explotado del primer mundo no tiene nada que ver con la vida de un niño esclavo… pero forman parte de la misma cadena de explotación.
Dice la policía de Porto novo en Benín… La esclavitud infantil es una plaga que devasta nuestra infancia.
Vicky nos cuenta cómo las condiciones son insufribles. Sin aseos suficientes, ni tiempo para ir, decibelios altísimos, sin auriculares para cada trabajador… Todo al servicio de un mayor beneficio. Los contratos son por obra y servicio. Todos los despidos son improcedentes. Son disciplinarios… Te descuentan todo. Si vas al médico, si no trabajas… si te cambian de sitio y el ordenador se retrasa en configurar tu móvil te descuentan ese tiempo. Nunca cobré el 100%, recalca Vicky. En 10 años se han empeorado gravemente las condiciones. Están trabajando licenciados por 650€
Corina nos desgrana cómo nos desarman a los trabajadores, nos deshumanizan. Tres meses sin cobrar te hace dependiente… En este caso del poder político en una escuela municipal de idiomas. A ellos no les importa la persona. Ahí se sitúa su experiencia: Tuve que buscar otro trabajo. En uno no cobraba y en el otro lo intenté pero tampoco pagaban aunque los gastos los cubría yo. No pagaban porque no querían. Amenazados con publicitarlo en redes sociales… pagaron.
Los jóvenes explican una acción donde encarnaron durante un día el trabajo de un niño esclavo.
Y esto se expresa muy bien a través de «Lágrimas y espinas», una canción que habla sobre un niño esclavo, sobre la Esclavitud Infantil, de cómo nuestra consumismo, el de los países enriquecidos hace que la pobreza, el hambre la esclavitud infantil sean mas grandes
SAL al encuentro de la solidaridad y SALa el mundo
Texto de Lucía, escrito la noche del 11 de abril tras pasar un día poniéndose en la piel de una niña esclava en la Puerta del Sol de Madrid
«Por un día yo no era Lucía, era una niña prostituida en contra de mi voluntad, no me disfracé de ella, traté de que no fuera un simple disfraz de «puta», traté de pensar, sentir y comer como lo haría ella.Durante ese sábado 11 yo no sabía qué era el «amor», ni la bondad», ni la «dignidad», ni sabía en qué consiste muy bien la palabra «futuro», ni mucho menos entendía el significado de la palabra «libertad».
«Creo que conseguimos que la gente viera que hay millones de niños a los que se les roba la infancia. Mientras no se nos olviden todas estas infelices criaturas a las que les desgarraron la infancia, todavía hay esperanza de cambio»