Estamos acostumbrados a observar la educación desde el punto de vista más o menos formal, tanto en el colegio o instituto como en la propia familia. Quizá por eso sorprende más cuando se trata de algo por encima de normas y de comodidades personales.
Este corto-testimonio «Los tesoros de la biblioteca de Mrs. Grady» es una buena muestra de cómo alguien se ocupa de la educación, de que un instituto y una biblioteca son mucho más que un conjunto de materias y reglamentos, de que es importante ponerse en el lugar del otro ofreciéndole la ayuda que realmente necesita, no la que nosotros creemos que puede necesitar o que debemos darle. No. La que necesita.