De la vergüenza al compromiso

Nos reunimos en medio de la plaza pública, en torno a la Cruz de Lampedusa como un símbolo del drama de la inmigración y el compromiso que requiere por parte de todos.

Comenzando poniendo de manifiesto nombres y rostros concretos de migrantes que colocamos junto a la Cruz para tener presente durante todo el acto que no se trata sólo de migrantes, se trata de la persona en su totalidad, de todas las personas.

Para hacer esto patente, Hilda Cantarín, en nombre de “Encuentro y Solidaridad”, como organización convocante, recordó cómo hace seis años el papa Francisco visitó Lampedusa conmovido por la tragedia de los hombres, mujeres y niños que pierden la vida en el viaje a Europa. Hoy, 6 años después, la tragedia continúa.

La tragedia se repite día tras día. Y nos hemos acostumbrado; nos hemos acostumbrado a contemplar la muerte de nuestros hermanos africanos en el telediario y seguir comiendo.

Hizo hincapié en cómo la codicia trastoca todo, ya que, realmente, el único delito de muchos inmigrantes es haber nacido en lugares con mucha riqueza.

Para finalizar, hizo una llamada al compromiso que nos exige la fraternidad universal a la que estamos llamados: que se nos abran los ojos, la garganta y los brazos.

Como compromiso concreto se expusieron algunos de los “20 puntos de acción» que remarca la Iglesia para responder a los retos de los migrantes y refugiados en torno a cuatro acciones fundamentales: acoger, proteger, promover e integrar plasmadas en carteles que se colocaron también en torno a la Cruz de Lampedusa.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *