El sacerdote católico Mussie Zerai, el ‘cura de los refugiados’, ha visitado España para impartir dos conferencias en los encuentros solidarios organizados por la asociación de fieles Encuentros y Solidaridad. Es candidato al Premio Nobel de la Paz por su reconocida labor social y espiritual que ejerce con los inmigrantes africanos que llegan a las costas europeas.
Religión Confidencial, 7 de agosto de 2018
Zerai (Eritrea, 1975) ha sido uno de los invitados al curso “La cultura del encuentro”, que pone punto final a las jornadas solidarias, celebradas en la Casa Emaús de Torremocha del Jarama (Madrid). El presbítero ha participado este lunes en una mesa redonda junto al profesor universitario Pedro José Gómez Serrano; y relató su experiencia personal en el trato con inmigrantes durante la sesión nocturna, el broche de oro del programa.
Inmigrante antes de sacerdote
El propio Zerai fue inmigrante en su juventud: nació en pleno proceso de independencia del país, con la población eritrea en guerra contra el régimen marxista de Etiopía. Con cinco años, perdió a su madre, que falleció durante un parto. Poco después, su padre, ingeniero de profesión, fue arrestado por la policía secreta. Al cabo de los meses, pudo escapar y huyó a Italia.
Con catorce años, Zerai, que se había criado con su abuela y otros siete primos, se sintió inclinado a la vida religiosa, que había conocido por los frailes de Asmana, la capital eritrea. Tras obtener permiso de su abuela, del obispo y de su padre, inició los trámites para salir del país, lo que le llevó dos años. A los dieciséis años de edad, marchó a Roma.
Su padre le esperaba allí, pero su vida personal había cambiado sobremanera y tras unos meses Zerai prefirió acogerse a la tutela de un sacerdote británico que prestaba ayuda a inmigrantes menores de edad, como él. Gracias a la influencia del presbítero, el joven Zerai obtuvo el permiso de residencia en Italia.
Los scalibrinianos
Empezó a trabajar en puestos de fruta de la plaza de Víctor Manuel y a colaborar con sacerdotes como el que le había atendido a su llegada. Aprendió a moverse en ambientes burocráticos y se ofreció a regularizar la situación de inmigrantes africanos recién llegados a Italia.
En 1999, ingresó en la orden de los scalabrinianos, la Congregación de Misioneros de San Carlos Borromeo, fundada en 1887 por el beato Juan Bautista Scalabrini para prestar asistencia material y espiritual a los inmigrantes. Zerai marchó a Piacenza para realizar sus estudios teológicos y regresó a Roma en 2003.
Recriminaciones
Comenzó a organizar manifestaciones contra la política migratoria italiana y los numerosos casos de maltrato a inmigrantes. Viajó a Eritrea para enterrar a su abuela y allí se hizo con decenas de números de teléfono de compatriotas que querían marchar a Europa para prestarles ayuda.
A la vez, sus vecinos fueron difundiendo su contacto entre sudaneses, libios y egipcios que también deseaban emigrar, hasta el punto de que, a día de hoy, Zerai es uno de los personajes más conocidos del cuerno de África y de la costa mediterránea. En esa época fue recriminado por su obispo por su excesiva actividad: “no eres el sabio del mundo, ése es Dios”, le dijo.
Desde el inicio de la guerra civil en Libia en 2011, Zerai ha venido alertando de las mafias dedicadas al tráfico de inmigrantes en el Mediterráneo y ha defendido su tesis doctoral, que relaciona los derechos humanos con la doctrina social de la Iglesia.
En la actualidad, Zerai es párroco en una iglesia de Friburgo (Suiza) que atiende a la población eritrea en el país alpino. Todavía recibe llamadas de teléfono de africanos embarcados en lanchas con rumbo a Lampedusa: en medio de la travesía, cuando las mafias les abandonan en alta mar, el sacerdote recibe peticiones de auxilio en su móvil.
Es entonces cuando Zerai alerta a las autoridades migratorias italianas, a quienes conoce bien, para que acudan a socorrer a los inmigrantes. El ‘cura de los refugiados’ se pone en marcha para ayudar a los recién llegados a regularizar su situación legal, encontrar cobijo y un trabajoque les permita sustentarse.
El programa
El resto de actividades que han formado parte del programa de Encuentros y Solidaridad han sido campamentos para jóvenes, cursos para padres y ejercicios espirituales predicados por el Obispo emérito de Barbastro-Monzón, Monseñor Alfonso Milián.
Finalmente, se han celebrado los cursos sobre solidaridad, en los que han participado, entre otros, José Fernández-Albertos, investigador del Instituto de Políticas y Bienes Públicos del CSIC; Pilar de Lara, juez titular del Juzgado de Instrucción nº1 de Lugo; y José Esquinas, ingeniero agrónomo y ex secretario de la comisión de la FAO sobre recursos genéticos.