Fuente: diocesisdesalamanca.com
Con tan solo cuatro años, el pakistaní, Iqbal Masih fue vendido a las mafias del trabajo por su familia, y se convirtió en esclavo en la industria de las alfombras, hasta que fue rescatado por el que fue su padre adoptivo, Muhammad Ehsan Ullah Khan
Por 12.000 rupias, Iqbal Masih fue vendido a las mafias del trabajo en su país natal, Pakistán. Tenía cuatro años, y su familia necesitaba ese dinero para pagar la boda de su hermano mayor. Como él, miles de niños han sufrido y sufren la esclavitud infantil en el mundo. A los diez años, este niño católico fue rescatado por Muhammad Ehsan Ullah Khan, activista pakistaní exiliado en Suecia desde hace varias décadas. Juntos se convirtieron en símbolos de la lucha contra la esclavitud, y adoptó al pequeño.
Pero cuando Iqbal tenía doce años, en 1995, fue asesinado por las mafias esclavistas de su país, después de convertirse en un símbolo y denunciar públicamente las condiciones laborales, los horarios y el régimen de esclavitud en el que viven aún los niños trabajadores en los telares de alfombras. Fue asesinado el día de Pascua de Resurrección, un 16 de abril, y se convirtió en un mártir.
En su país natal no admitieron en un primer momento su asesinato, e incluso, confirmando que su edad real en ese momento era de 19 años. Pero Ullah Khan luchó por su defensa y consiguió que finalmente se reconociera, y cada 16 de abril se conmemora el Día contra la esclavitud infantil en memoria de Iqbal Masih.
Proceso de beatificación
Hace unos meses, Ullah Khan visitó de nuevo Salamanca, tras crear en 2022 la Asociación Iqbal Masih contra la Esclavitud (AIMCE), con el fin de tener una entidad jurídica que avale el trabajo de esta causa en España, en concreto, desde la ciudad salmantina. Asimismo, han creado el Premio Iqbal Masih, y su intención es iniciar un proceso de beatificación de este niño católico que se convirtió en mártir hace 29 años. “Porque detrás de su muerte, además de la lucha por a esclavitud, tenía que ver su relación con la fe que profesaba, porque siempre muy explícito con ella, y hablaba del amor de Jesucristo a los niños, y lo importante que era esto”, apunta Ullah Khan.
En su último viaje a la ciudad, este activista se reunió con el obispo de Salamanca, Mons. José Luis Retana, con el que trató el inicio de ese proceso de beatificación. En una entrevista que concedió al Servicio diocesano de Comunicación Social, Ullah Khan reconocía que espera conseguir esa beatificación, “en congruencia con el mensaje de la Iglesia sobre la importancia que tiene el amar y cuidar a los niños”. Al respecto, insiste en que al final, son las memorias de un niño que no podía hablar, “que se convirtió en la voz de una lucha, que hablaba en conferencias frente a miles de personas”. Para Iqbal Masih, como apunta el que fue su padre adoptivo, el bolígrafo se convirtió en su símbolo, “de intercambio frente a las herramientas de trabajo, a través de la educación”. Y siempre tenía un mismo lema cuando alguien era liberado: “Somos libres”.
La lucha contra la esclavitud de Ullah Khan comenzó cuando era un joven estudiante y conoció a un esclavo del ladrillo de 80 años. “Le ayudé a cruzar la calle, pero él me dijo que lo que quería era morir”, y a través de él, contactó con otros esclavos que narraron su situación, y pudo denunciarlo. Y desde ese momento, su lucha se centró en sacar de la esclavitud a miles de personas, según las cifras, logrando liberar a un millón, al crear el Frente de Liberación del Trabajo Forzado.
La historia de su lucha y la de Iqbal Masih la recoge en un libro, todavía sin publicar, que llevará por título: “De la esclavitud infantil a la celebridad”.