Manuela Contreras, medalla al mérito profesional. Colegio enfermería de Cantabría

Palabras de Manuela:

Gracias Raquel por tus palabras y a todos los profesionales que habéis empujado este premio. Gracias también al Colegio de Enfermería.

Le he dado vueltas a qué decir hoy aquí, y sin tenerlo claro y esperando no arrepentirme, he pensado que lo que mejor podía hacer es despelotarme, ¿qué os parece? Pero tranquilos, que no va a ser un despelote físico, sino mostrar aspectos quizá más íntimos de mi que tienen que ver con mis motivaciones, miradas a la realidad, y anhelos y cómo todo esto que me construye como profesional ha sido cultivado en equipo. Porque realmente este es un premio colectivo, a varios equipos:

1/ En primer lugar a mi equipo familiar, y especialmente al equipo con Iñigo, mi marido. Cuando nos casamos, en la ceremonia, expresamos nuestro deseo de ser profesionales comprometidos tanto con las personas a las que atendemos como con la sociedad, que es lo que entendemos que debe hacer un buen profesional. Tratar de vivir esto juntos ha hecho posible las cosas que ha contado Raquel. Así que este es un premio a nuestro equipo. Mis padres, que están hoy por aquí, este premio es en parte vuestro, también. Ellos son maestros jubilados y su vivencia de la profesión ha influido también en mí. A madre la vi disfrutando de ir al cole, nunca la escuché quejarse de sus alumnos ni de sus familias, algo desgraciadamente común hoy en la educación, también entre nosotros los sanitarios, quejarnos del paciente y su familia, ¡qué feo! Yo también lo he hecho. Perdón. Mi padre con su acción en un sindicato de la enseñanza y en general con su compromiso sociopolítico me hizo comprender eso que dijo Rudolf Virchov: “la medicina es una ciencia social y la política no es más que medicina a gran escala”. Esta mirada a la salud y la enfermedad me ha ayudado a ser más creativa como profesional, dentro y fuera del hospital

2./ En segundo lugar este es un premio a la asociación de solidaridad en el duelo perinatal, “Red el Hueco de mi Vientre”. Con ella he crecido humana y profesionalmente. Hemos hechos cosas en equipo para las que me sentí incapaz. En equipo hemos constatado que el duelo perinatal necesita atención personal a las/los dolientes, pero también, normativas legales, cambios en las instituciones. ¡Ojalá en Santander hubiera, como en otras CCAA, un lugar en un cementerio donde depositar las cenizas de los bebés fallecidos intraútero -también de los pequeñitos-que quedan a cargo del hospital”. Eso evitaría que muchos duelos se complicaran. Esto sería medicina, salud, a gran escala.

3/ En tercer lugar este es un premio a compañeras de trabajo, de las que tanto he aprendido. Este premio bien lo podría hacer recibido el equipo de matronas que ha hecho posible que el parto en el agua sea una opción hoy. ¡Ojalá podamos avanzar en que sea posible también en Cantabria, como lo es en otros países, la atención al parto domiciliario público o en casas de parto anexas al hospital! Eso necesita profesionalismo, y compromiso político. Promover una mirada desmedicalizadora y despatologizadora del embarazo y el parto, es hacer medicina a gran escala.

4. Y por último este es un premio a la asociación “Encuentro y Solidaridad”, al Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal, a los Seminarios de Innovación de Atención Primaria (equipo Cesca), al Grupo Enfermería del IDIVAL, con quienes he aprendido cosas como que el buen profesional debe estar al lado de pacientes, familias y comunidades, que el buen profesional sabe pedir perdón y reparar el daño. Con estos amigos he aprendido que el profesional se debe preguntar por qué el sistema sanitario proporciona más atención a quienes menos lo necesita y qué hacer para revertir esta ley de cuidados inversos. O cómo resolver el problema de que el quehacer, la formación, la investigación sanitaria, que son y pueden ser luz, también estén corrompidos por los intereses de la farma-mafia.

Todo se hace mejor en equipo, desde el inicio de la vida hasta la muerte. Los espermatozoides hacen equipos porque así consiguen su objetivo (fecundar al óvulo) mejor. Los profesionales que cuidamos a la gestante, lo hacemos mejor si contemplamos a la madre como un equipo: la diada materno-bebé. No se puede morir en paz sin equipo. El duelo es un trabajo en equipo. En situaciones de emergencia, salva el equipo: en la historia del accidente de avión conocida como el “milagro de los Andes”, los sobrevivientes dijeron que el milagro fue el equipo. Formaban parte de un equipo de rugby.

Mi deseo y compromiso es trabajar para hacer mejor equipo entre profesionales, lo cual necesita profesionalismo y política. La temporalidad y algunas formas de contratación hacen muy difícil hacer equipo. ¿Por qué cargos políticos y directivos, con razón, pueden conformar sus equipos y los profesionales “de a pie” no? ¿Es posible avanzar en un poco de autogestión de centro, de libertad para elegir equipos (también hay experiencias de esto en algunas gestiones sanitarias autonómicas)?

Mi deseo es también trabajar para hacer equipo entre profesionales-pacientes y asociaciones de la sociedad. Los centros sanitarios necesitamos ser mucho más permeables a la revisión y el protagonismo de pacientes y asociaciones de pacientes, para poder hacer un mejor servicio a la sociedad.

Quizá podamos nominar a estos premios más que personas a equipos. Este premio, aunque lo reciba yo hoy, creo más verdad que es un premio a esos equipos que he mencionado.

Acabó el desnudo, no ha sido un denudo integral tampoco.

Muchas gracias

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