Sobre Rosa Luxemburgo

En el centenario del asesinato de Rosa Luxemburgo, recordamos unas palabras sobre ella de Julián Gómez del Castillo al presentar su libro «Reforma o revolución«.

Rosa Luxemburgo fue una revolucionaria de cuerpo entero, capaz de «tenérselas tiesas» hasta con Lenin.

En la película que presenta su biografía y a la que da título su nombre, se presenta una secuencia de ella en la cárcel, cuando le dan el dinero que sus compañeros la envían y, ella, con gestos de evidente disgusto, gritará: «¡Libros!, ¡necesito libros, no dinero!». Cuando ahora a nuestra izquierda oficial, PSOE e IU la vemos mendigar aumentos de sueldos o ser juzgada por la desaparición de fondos reservados, no podemos por menos que recordar la escena de «Rosa Luxemburgo». Entre la izquierda de ayer y de hoy, hay una pequeña diferencia: a la de ayer, serlo, le costaba dinero; la de hoy: se lleva el dinero.

Rosa Luxemburgo es la teórica marxista más próxima a la autogestión. Conocer su pensamiento y proyectarle hacia el futuro puede hacer un gran bien al futuro de una izquierda real.

 

1 comentario en “Sobre Rosa Luxemburgo”

  1. Alejandro Ruiz Morillas

    La verdad es que hubo muchos marxistas mucho más cercanos a la autogestión en el propio partido de Rosa Luxemburgo, el partido social-demócrata alemán. El llamado «comunismo consejista», que no quería participar en el parlamento ni en los sindicatos, sino directamente en consejos obreros, en la propia fábrica, tuvo una gran fuerza, siendo mayoritario en su momento en el comunismo alemán, aunque su experiencia es prácticamente desconocida. Sostuvieron una discusión de gran interés con Lenin, que les dedica el libro «Izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo», que ha sido leído desconectado de este debate. Nombres como Herman Gorter (que fue quien tuvo más activamente intercambiando artículos con Lenin), Anton Pannekoek, Otto Rüle, Paul Mattik, … Compartían con Luxemburg su visión de la cuestión nacional, que tenía diferencias a la planteada por Lenin, aunque ambas planteadas en cuestiones diferentes. Pero en cuanto a la autogestión, el gran debate dentro del marxismo lo decantó el triunfo de la represión del gobierno alemán. Acabó con todo el movimiento de forma absolutamente violenta (le costó la vida a Luxemburg y a tantos otros), dejando que las posturas bolcheviques no tuvieran respuesta en el seno del marxismo y se extendieran finalmente a través de la III Internacional.

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