Con Arnaldo Pangrazzi estuvimos dialogando sobre educar en competencia emocional, desde una perspectiva que reconoce todas las dimensiones de la persona y que cree en sus posiblidades de promoción, rehuyendo de modelos asistencialistas.
Las emociones, los sentimientos, no son ni buenos ni malos. Lo que es bueno o malo es cómo los manejamos, si decidimos ser constructivos o destructivos. Somos responsables de lo que hacemos con ellos. Por ejemplo: la rabia o cólera por un mal padecido o injusticia observada, nos puede llevar a la compasión, a la solidaridad o por el contrario, a la violencia y al autoritarismo.
En el caso de la tristeza, nos puede hacer más humildes y reflexivos y nos puede llevar a una mayor comunión, en lugar de al victimismo o la desesperación. Los sentimientos son fuente de información y verdad. Es necesario reflexionar sobre ellos, un control cognitivo de los mismos. Tienen la necesidad de ser acogidos.
También dialogamos acerca del dolor y como nos impulsa a quitar mucha superficialidad en nuestra vida, a un mayor encuentro con los demás y trabajo por la solidaridad.
Quizá al año que viene volvamos a tener con nosotros a Arnaldo Pangrazzi. Contamos con su compromiso para un nuevo encuentro. ¡Os avisamos!
Que importante participar y conocer más de vuestra labor