Juan Gérvas, médico general rural jubilado, Equipo CESCA, Madrid, España. jjgervas@gmail.com www.equipocesca.org @JuanGrvas
Mercedes Pérez-Fernández, especialista en Medicina Interna, jubilada, Equipo CESCA. mpf1945@gmail.com
Escribe un colega a propósito del “Manifiesto por la paz, en solidaridad con quienes cuidan y se comprometen con la ciencia, la ética y la vida en Palestina y Líbano[i]”, contra la destrucción sistemática de instalaciones sanitarias y el asesinato selectivo de profesionales de la sanidad por Israel:
«Me pregunto que se ha conseguido (por parte de la izquierda) tras tanta protesta por los bombardeos en Gaza?
Respuesta: nada».
Hemos respondido con:
De acuerdo en la pregunta, en desacuerdo con la respuesta.
Podríamos hacer la misma pregunta acerca de nuestra experiencia y vida, sobre las organizaciones en que nos hemos volcado desde su inicio, y contestar con el todavía más duro “nada de nada”. Lo haremos, pero es falso y al final explicaremos el porqué.
Podríamos hacer la misma pregunta (y se ha hecho) con respecto al Equipo CESCA (fundado en 1980)
“Me pregunto que se ha conseguido (por parte de profesionales comprometidos) tras tanta crítica y actividad docente e investigadora por los problemas de la medicina, especialmente la primaria?
Respuesta: nada de nada”.
Podríamos hacer la misma pregunta (y se ha hecho) con respecto a la Red Española de Atención Primaria (fundada en 1987)
“Me pregunto que se ha conseguido (por parte de profesionales comprometidos) tras tanto trabajo para resolver los problemas de la atención primaria y la promoción de la investigación?
Respuesta: nada de nada”.
Podríamos hacer la misma pregunta (y se ha hecho) con respecto a los Seminarios de Innovación en Atención Primaria, SIAP (fundados en 2005)
“Me pregunto que se ha conseguido (por parte de profesionales comprometidos de los SIAP) tras tanta actividad y propuestas de innovación por los problemas de la primaria?
Respuesta: nada de nada”.
Podríamos hacer la misma pregunta (y se ha hecho) con respecto a NoGracias (fundada en 2008)
“Me pregunto que se ha conseguido (por parte de profesionales comprometidos) tras tanta difusión de conocimiento y propuestas de cambio sobre los problemas de la medicina que daña, y sus relaciones enfermizas con las industrias?
Respuesta: nada de nada”.
Por no referirnos solo a nosotros dos, podríamos hacer la misma pregunta con respecto a los informes de autopsias en personas muertas en soledad que hacía Verónica G Gordo[ii]: «Como médica forense y como sanitaria tengo el deber moral de dar testimonio de las personas que fallecen en soledad, dar a conocer el contexto y las circunstancias tanto de su muerte como de su vida, permitiendo evidenciar que al menos esas personas han existido»
“Me pregunto que se ha conseguido (por parte de forenses comprometidas) tras tanto informe bien hecho de la autopsia de «nadies»?
Respuesta: nada de nada”.
Y más general, también podríamos hacer la misma pregunta (y nos la hemos hecho) respecto a nuestras propias vidas.
“Me pregunto que se ha conseguido (por parte de los vivos) tras tanta vida, dedicación, compromiso, protesta e iniciativas para el cambio de una sociedad enferma?
Respuesta: nada de nada”.
El “nada de nada” es falso
Discrepamos profundamente con la respuesta, una respuesta que anula la fuerza necesaria para estar alegre y conscientemente vivo y para participar en el esplendor de la vida.
Ese «nada», ese “nada de nada”, es en realidad «mucho», o mejor, «muchísimo». Como mínimo da sentido a nuestras vidas y hace que haya valido la pena vivir.
Somos perdedores, sí, perdedores a lo largo de la vida[iii], pero en ese perder está nuestra dignidad y solidaridad personal y profesional y la dignidad y solidaridad de pacientes, familias, comunidades y sociedades que conservan la capacidad de asombro y denuncia, de rechazo y dolor y de propuestas de cambio y mejora.
No estamos anestesiados ni tenemos miedo de denunciar, buscamos una vida en plenitud, nos sentimos solidarios con los marginados, con quienes viven en pobreza, con quienes sufren persecución, torturas y muerte, con quienes son encarcelados, viven en la calle, ejercen la prostitución, tienen que emigrar, carecen de “documentos” y/o mueren en soledad, con quienes sufren en general y con los “nadie”.
Se trata de revertir la injusticia epistémica testimonial (“cuestión de no creer”), por la que se niega el testimonio de quien sufre, y la injusticia epistémica hermenéutica (“cuestión de no entender”), la dificultad de compartir experiencias y sentimientos de forma que sea entendible lo que se sufre.
Damos fe del sufrimiento, somos testigos del mismo y ayudamos a ponerlo en su contexto. Al ser testigos del sufrimiento, al darle voz, al valorarlo y darle la importancia que merece, estamos cambiando el mundo, por supuesto, al menos el mundo en «lo pequeño», el mundo de “las pequeñas cosas”, en nuestros corazones, en nuestras humildes consultas y despachos, en los humildes hogares de nuestros pacientes, en nuestras propias casas y familias, en nuestro círculo de amigos y colegas, en nuestro barrio-pueblo, en nuestro “círculo de influencia”, etc.
Al final haremos posible y lograremos el cambio que vislumbramos en el horizonte, quizá no nosotros mismos pero sí quienes están ahora tomando la antorcha y la pasarán generación tras generación sin miedo a discrepar y a denunciar a los poderosos.
Sí, somos perdedores de largo recorrido, incombustibles e indomables,testigos y denunciantes de las atrocidades y daños de una sociedad enferma, y en el caso Palestina y Libia, de la brutalidad en esencia pura del sionismo, y por ello damos crédito al sufrimiento y denunciamos y proponemos cambios para evitarlo.
Lo de Gaza, Palestina, Líbano y demás es horrible, es ver una matanza inconcebible, y no podemos callar, al menos no podemos estar en silencio pues quien calla aprueba.
Creemos en los derechos humanos, pero «si un genocidio -que podemos ver en nuestros propios teléfonos, casi a diario- no causa ningún cambio drástico en las políticas de los gobiernos, significa que lo que pensábamos que eran derechos civiles humanos sagrados, solo lo son cuando un país no occidental los viola[iv]«. No podemos comulgar con el silencio culpable de la sociedad “occidental” patológica a la que pertenecemos.
Promovemos e impulsamos cambios por más que «estos cambios pueden parecer lejanos y casi utópicos desde la base, desde nuestras humildes consultas y centros de salud públicos frecuentemente abandonados, pero no conviene el desánimo. Además, ya sabemos que la utopía es como la Osa Mayor, que nos ayuda a orientarnos y a localizar la Estrella Polar, y con ello a encontrar la ruta a seguir guiándonos por nuestro compromiso ético, profesional y social con los marginados, sabiendo que no callar es mantener la esperanza y que la desesperanza en una forma de deslealtad (que dijo Gabriel Marcel)[v]«.
En siete palabras: “vale la pena vivir y no callar”. O: “vale la pena vivir aunque seamos perdedores”. A sabiendas de que el hablar claro y valiente (parresía) implica un compromiso con la verdad de lo que se dice, un compromiso radical, porque a menudo nos pone en peligro. Y de tales peligros sabemos nosotros mucho.
[i]Health Workers For Palestine – Spain (Trabajadores de la Salud por Palestina – España). Manifiesto de profesionales de la sanidad por la paz y en solidaridad con Palestina · La sociedad humana se basa en la paz y la solidaridad. El sistema sanitario es una manifestación política y práctica de esos dos principios y su destrucción socava los principios mismos de la Humanidad.
https://cryptpad.fr/form/#/2/form/view/+Qrfcqvv-6Fmkliu0kPeBTkWLkX1iTDDy9yPWwxEEYA
[ii]G Gordo V. La muerte en soledad en el domicilio. Vivencias forenses y 7 testimonios de casos reales de profesionales sanitarios https://www.nogracias.org/2024/10/24/la-muerte-en-soledad-en-el-domicilio-vivencias-forenses-y-7-testimonios-de-casos-reales-de-profesionales-sanitarios-por-veronica-gordo/
[iii]Gérvas J, Pérez-Fernández M. Perdedores de largo recorrido, incombustibles e indomables.
https://osalde.org/perdedores-de-largo-recorrido-incombustibles-e-indomables/
[iv]Rodríguez O. Entrevista a Ilan Pappé, historiador israelí. https://www.eldiario.es/internacional/ilan-pappe-historiador-israeli-idea-colonizadores-socialistas-democratas-cae-propio-peso_128_11826169.html
[v]Gérvas J, Pérez-Fernández M. La Ley de Cuidados Inversos en la clínica, la comunidad y la salud pública https://encuentroysolidaridad.net/la-ley-de-cuidados-inversos-en-la-clinica-la-comunidad-y-la-salud-publica/