Fuente: Tribuna Feminista
Autora: Ana Trejo Pulido
Mujer, madre y feminista, extremeña, licenciada en C.C. P.P. y Sociología, experta en Divulgación y Cultura Científica. Creadora de los blogs «Stop Vientres de Alquiler» y de «El Nido en la Plaza».
Las feministas hemos proporcionado a la opinión pública en los últimos años una buena batería de argumentos en contra de la práctica de la explotación reproductiva de las mujeres y la venta de sus bebés. Ese fue el objetivo de la creación de Stop Vientres de Alquiler: contar la verdad sobre esta práctica, conceptualizarla como violencia contra las mujeres y las criaturas; y desmontar la cortina de amor romántico y papel cuoché con la que la mayoría de los medios de comunicación de este país y los comprabebés, quieren ocultar a la ciudadanía que la subrogación es una violación de los derechos fundamentales de las mujeres y sus criaturas.
Sin embargo, en nuestro país, a pesar de que la subrogación está prohibida, como en la mayoría de países del mundo, el Gobierno sigue permitiendo la explotación de mujeres con fines reproductivos y la importación de bebés subrogados.
Se sigue permitiendo que las agencias intermediarias de las clínicas de fertilidad donde se realizan los tratamientos de reproducción asistida a las madres alquiladas, campen a sus anchas, hagan publicidad y aseguren a sus futuros clientes que a pesar de la prohibición, es posible saltarse la legislación española.
Algunas agencias incluso tienen la desfachatez de ofertar empezar el tratamiento en nuestro país, mediante la creación de embriones, aunque en España está prohibido crear embriones para la gestación subrogada y menos aún enviarlos al extranjero con ese propósito.
Aunque se tratan de empresas extranjeras que operan globalmente, ofrecen servicios a españoles y utilizan clínicas españolas para iniciar el proceso.
El destino de estos embriones es Ucrania, Georgia y República Checa, Canadá, USA y Chipre. Las mujeres vulnerables de estos países son tratadas como ganado de cría por ciudadanos y empresas españolas.
Ante esta realidad desde Stop Vientres de Alquiler nos hacemos algunas preguntas:
- ¿Por qué el Gobierno de Coalición integrado por el PSOE y Unidas Podemos no deroga de una vez la instrucción del 2010 que permite inscribir en el registro civil como hijas e hijos de los compradores a los menores nacidos por subrogación?
- ¿Por qué se aceptan sentencias judiciales y certificados de nacimiento, que borran a la madre de la biografía de sus hijos e hijas vulnerando el principio jurídico Mater Semper Certa Est que “protege a las madres biológicas y a sus hijos de los abusos de las fuerzas del mercado reproductivo”?
- ¿Por qué no se propone una modificación de la ley de TRHA para eliminar el derecho del padre biológico comprador del bebé, a reclamar la paternidad?
- ¿Acaso no debería poder negársele la custodia a estos “padres” bajo la evidencia de que han ejercido violencia contra las madres de estas criaturas y las propias criaturas?
- ¿Por qué España es de los pocos países de nuestro entorno que permite la donación anónima de gametos? ¿Por qué en la actualidad, en toda Europa más de la mitad de los óvulos donados utilizados en ciclos de FIV proceden de mujeres que viven en España?
- Después de los óvulos made in Spain a 1.000 euros la extracción y en la situación de precariedad que acrecenta la pandemia del Covid-19 ¿qué nos tienen preparado el lobby de la fertilidad a las mujeres españolas o extranjeras que malviven en nuestro país y que son las que mayor riesgo de exclusión social tienen?
- ¿Por qué no se aplica, en definitiva, a los casos de subrogación internacional la ley española y las normas internacionales ratificadas por España que prohíben la trata de mujeres y la venta de bebés?
Pues sencilla y dolorosamente, porque las víctimas de todo esto somos las mujeres, recurso indispensable sobre el que se ha construido un negocio multimillonario, como veremos a continuación. Porque todas las mujeres, potencialmente, somos la tierra fértil de donde extraer óvulos jóvenes y sanos las veces que haga falta. Somos el útero donde transferir y engendrar uno o varios embriones ajenos hasta que nuestra salud peligre seriamente. Somos el terreno regado de fármacos y explotado con técnicas de reproducción asistida llenas de riesgos para nuestra salud, con el único objetivo de satisfacer, no nuestros deseos legítimos de bienestar y prosperidad, sino el ancestral deseo masculino de apropiarse y controlar nuestra capacidad reproductiva y nuestra prole.
Y este es el quid de la cuestión, que frente a las declaraciones de los Gobiernos se levanta poderoso e impasible un sucio negocio, el de la maternidad subrogada, que generó en 2018 la cifra de 6.000 millones de dólares según el estudio de mercado[1] The Global Surrogacy Market Report elaborado por Global Market Insights (2019) quien prevé que se alcancen los 27.500 millones de dólares en 2025, lo que supone una tasa de crecimiento anual compuesta del 24,5% en el periodo 2019-2025.
De estos 27.500 millones de dólares, 17.700 millones serán ingresos generados exclusivamente por las clínicas de fertilidad. Esto equivale a un 64% del total de la cifra de negocio de la subrogación, el resto, un 36% se lo reparten bufetes de abogados y agencias intermediarias principalmente.
Las clínicas de fertilidad se frotan las manos, mientras poco se reflexiona y se actúa sobre las causas que originan los problemas de fertilidad en el mundo. El informe señala que “el número creciente de personas que sufren problemas de infertilidad, incluido el recuento reducido de espermatozoides, problemas en la producción de óvulos/espermatozoides, actuará como un factor de alto impacto para el crecimiento del mercado de la subrogación. Factores como los cambios hormonales, el estrés, el consumo de alcohol, el uso de esteroides y otros han provocado un aumento de los casos de infertilidad impactando positivamente en el crecimiento del negocio”.
Estas previsiones podrían verse afectadas por la pandemia del Covid-19 y el mercado de la explotación reproductiva podría, efectivamente, crecer a un ritmo inferior, aunque con toda seguridad la industria ya estará barajando alternativas y la subrogación podría presentarse, cínicamente, como una suerte de teletrabajo reproductivo, una solución a los problemas económicos a los que muchas mujeres van a enfrentarse debido a la crisis del Covid-19.
A los comprabebés seguramente les venderán el procedimiento como una situación de mayor seguridad y protección para las gestantes y la salud de los bebes, al tener que estar las mujeres confinadas, pero atendidas por las clínicas, por ejemplo mediante unidades móviles como las que ofrece esta clínica.
O soluciones de e-health aplicadas a la reproducción asistida
Y se les ofrecerán, como ya pasó en la primera ola, packs extras de nodrizas, cuidadoras y enfermeras, así como residencias de larga estancia, para el caso de que los bebés nazcan y no sea posible ir a recogerlos, o regresar inmediatamente al país de origen.
Sin embargo, y aunque este mercado no experimentara crecimiento alguno, siguen siendo cifras espeluznantes que los Gobiernos democráticos deberían combatir y tratar de reducir a cero, porque detrás de estos millones de dólares, hay miles de mujeres explotadas, muchas con secuelas físicas y psicológicas para toda la vida, y miles de bebés que han nacido huérfanos de madre y de derechos humanos.
Este negocio de venta de bebés recién nacidos se edifica violentamente sobre el dolor de las mujeres vulnerables: las madres de las criaturas, las proveedoras de óvulos y también, en el caso de las parejas heterosexuales de compradores, las esposas que acceden a perpetuar el linaje del marido a través de otra mujer.
Pero lleguemos a la cuestión principal, quienes son los actores clave del negocio. El quién es quién en el baby bussines de la subrogación internacional; los nombres y apellidos de las empresas que comercian con la maternidad de las mujeres y sus bebés.
Pues bien, el informe señala que entre los principales actores estarían New Hope Fertility Center (EE.UU), Ovation Fertility (EE.UU), AVA Clinic Scanfert (Rusia), Extraordinary Conceptions (EE.UU), Bangkok IVF Center (Tailandia) y, ¡sorpresa! Nova IVF Fertility (España) e IVI-RMA Global (España), pertenecientes al grupo español IVI– Instituto Valenciano de Infertilidad, pionero y líder en nuestro país en servicios privados de reproducción asistida y tratamientos de fertilidad desde los años 90.
Nova IVF Fertility (NIF) es una joint venture con la que el Instituto Valenciano de Infertilidad entra en la India en el 2012. Esta fecha constituye precisamente el punto álgido del negocio de la subrogación en la India, momento en que operaban en el país más de 3.000 clínicas de fertilidad, que solo en ese año ingresaron más de 400 millones de dólares.
IVI-RMA GLOBAL, líder mundial de las clínicas de fertilidad, es fruto de la fusión del Instituto Valenciano de Infertilidad y la empresa estadounidense Reproductive Medicine Associates of New Jersey (RMANJ).
La fusión tuvo lugar a principios de 2017, año en que ¡oh! que coincidencia, Ciudadanos presentó su Proposición de Ley reguladora del derecho a la gestación por subrogación.
Los socios de IVI-RMA Carlos Bertomeu, José Remohí, Antonio Pellicer, Richard T. Scott, Michael R. Drews y Paul A. Bergh, en el momento de anunciar la fusión entre IVI y RMANJ a principios de 2017.
Por aportar un pequeño dato más, el valor de esta empresa española, líder en tratamientos de fertilidad y uno de los actores principales en el mercado de la subrogación internacional, a finales de 2019 era de entre 1.000 y 1.200 millones de euros. No dispongo de datos sobre qué porcentaje representa en el valor de esta empresa la línea de negocio de la subrogación internacional, pero podemos imaginar que muchos de los bebés subrogados que llegan a España proceden de tratamientos realizados en las clínicas que IVI tiene repartidas por el mundo.
En el mes de abril de 2020, ya denunciamos desde Stop Vientres de Alquiler junto a la Red Estatal contra el Alquiler de Vientres, la Plataforma “No somos Vasijas” y la Asociación L’Escola AC, que desde las clínicas de IVI se recomendaba a las parejas españolas acudir a la subrogación internacional cuando los tratamientos de fertilidad habían fallado, dejando a las mujeres exhaustas y devastadas psicológica, física y económicamente.
De hecho, podemos encontrar unas declaraciones del año pasado de Antonio Requena, director general médico del grupo IVI, donde reconoce que efectivamente, contemplan la gestación subrogada “como alternativa para sus pacientes cuando no funcionan los tratamientos de fertilidad”. En el mismo artículo afirma que no colaboran con ninguna agencia intermediaria, aunque considera que “son importantes y necesarias a la hora de ayudar a las parejas”. Pues claro, no necesitan colaborar con nadie, ellos mismo podrían proporcionar el servicio de subrogación en cualquiera de las clínicas que poseen por todo el mundo.
Queda claro que la subrogación internacional es un negocio muy lucrativo y que espera serlo aún más. Queda claro que en España, además de las agencias intermediarias, cuya cuota de mercado y peso en el negocio no sería muy grande en comparación con lo que ganan las clínicas de fertilidad, tenemos a uno de los peces gordos del negocio de la subrogación internacional el IVI-RMA GLOBAL.
Nos preguntamos hasta cuándo el gobierno va a seguir blindando los intereses privados de estas empresas, por encima de la dignidad de todas las mujeres del mundo y de sus bebés nacidos por encargo; hasta cuándo se va a seguir facilitando, vía instrucción del 2010; el negocio de la explotación reproductiva, y que ciudadanos/as y empresas españolas, como el Instituto Valenciano de Infertilidad, entre otras, sigan pisoteando los derechos humanos de las mujeres vulnerables más allá de nuestras fronteras.
No habrá igualdad entre los sexos mientras una sola mujer esté en venta. No habrá justicia social mientras las mujeres seamos deshumanizadas, cosificadas e instrumentalizadas al servicio de los deseos masculinos. No habrá libertad mientras las únicas opciones que se ofrezcan a las mujeres vulnerables para acceder al dinero que les permite desarrollar sus proyectos vitales sea venderse a trozos, despiezadas en órganos, vagina, ano, óvulos, útero y leche materna, #StopVientresdeAlquiler.
[1] Solo disponible al completo bajo pago de miles de dólares y por tanto no apto para activistas feministas de pueblo y del que solo disponemos del resumen y la nota publicada en un medio especializado)