Os presentamos este libro con la esperanza de que nos abra a horizontes insospechados en nuestras vidas. Aquellos horizontes necesarios para construir una sociedad más acorde con lo que Dios pensó y deseó para nosotros, sus hijos; una sociedad en la que la libertad que nos regaló no sea usada para esclavizar a otros, sino para crecer en humanidad, de manera integral y colectiva. Para este combate la oración es imprescindible.
La vida de los grandes orantes es un regalo para la vida. Como dice Marcelino Legido en “Aproximación a la oración de Jesús”, “Vida y oración están entretejidas: la oración es la vida y retornamos al camino de la oración en la vida”. También San Agustín nos recordaba que quien sabe rezar, sabe vivir.
Este libro ha sido elaborado de forma comunitaria con aportaciones de muchas personas. Son un ramillete de oraciones de Santos, militantes, contemplativos, literatos de diversas épocas y mentalidades que nos sirven de guía en la oración en nuestros momentos comunes de Encuentro y Solidaridad. Queremos compartir su riqueza al descubrir que puede ser un instrumento pequeño y potente (como la levadura) de modo que sirva de luz, alimento y medicina.
La oración, alimento para el combate
El apóstol será contemplativo o no será. La oración no es un remedio para quedarse tranquilo y relajado sino alimento para el combate. Una sociedad que cada vez es más indiferente al dolor de la mayoría y solo es capaz de elaborar derechos que protejan su subjetividad, se ha olvidado de la oración. La oración es el antídoto a la plaga de la indiferencia. Una vida sin oración es una vida sin sentido. La indiferencia ante la oración y la que se practica de espaldas al drama de los que sufren beben de la misma fuente.
La Caridad Política requiere de oración o la acción política de los laicos hará juego con el mobiliario de este momento histórico. La sociedad del “no me toques” requiere de meticulosos reglamentos que regulen la vida común. En cambio, el “Ama y haz lo que quieras” de San Agustín es una propuesta de convivencia mucho más humana que solo avanzará si somos capaces de meter Amor en la vida colectiva. Y eso requiere oración.
Un cristiano debe verlo todo desde la mirada de los de abajo para ser hermano de todos. Solo encarnado en el corazón de las masas es posible combatir la tentación del poder y servir a todos. Pero eso, también necesita oración.
El santo cura de Ars veía muchas veces en su Iglesia a un campesino con sus herramientas de trabajo. Se sentaba en un banco de la Iglesia y, sin libros de rezos ni rosario, se quedaba largos ratos contemplando el crucifijo. Cuando un día el sacerdote le preguntó qué oración rezaba el campesino respondió: «son muchas las veces que no puedo rezar. Entonces miro a Jesús, y Él me mira». Por algo decía Santa Teresa que la humildad era en la vida espiritual como la figura de la Dama del Ajedrez que todo lo puede. Y para abrir esas puertas que solo abre la humildad, hace falta la oración.
Os invitamos a dialogar con las vidas que hay en las oraciones de este libro. En muchas de ellas late la angustia de los pobres, como en los poemas de León Felipe en los que las palabras parece que estuvieran clavadas en la Cruz con el propio Cristo. Caminando con los pobres nos acercamos a la Oración de Jesús; la oración angustiada en Getsemaní y las oraciones que lanzan al cielo los náufragos de las pateras, que son una sola. Son oraciones, expresadas de forma trágica y con duras palabras que pueden escandalizar a los “buenos”, pero es la Oración del Viernes Santo que lleva siglos clamando al Cielo.
Queremos que este libro despierte en la mujer y el hombre de hoy el deseo de encontrarse con Dios y con los hermanos y así podamos vivir cotidianamente, en lo pequeño y en lo grande, el “HÁGASE TU VOLUNTAD”.
Encuentro y Solidaridad
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Características de la publicación impresa
Medidas: 15 x 23 cm
Encuadernación: tapa blanda
Nº páginas: 236
Colaboración económica: 3 € / unidad
