La exposición de Jesús García, inspirada por una lectura reposada del libro del Apocalipsis, emplea las figuras de los cuatro jinetes para hablar de los dolores del ser humano. «El protagonista no es el jinete sino la víctima que padece sus acciones. Quise representar estas emociones, no de una manera fiel sino acentuando el gesto que las personas ponemos cuando las tenemos», cuenta.