Ver y oír

Fotografía: Iglesia de San José en Paris, Saint-Joseph-des-Carmes

“Mi (digamos) primera conversión tuvo como punto de partida el siguiente hecho: era finales de 1932 y yo iba distraídamente por las calles de París. Cuando me llamó la atención ver una gran muchedumbre ante la iglesia de San José. Por pura curiosidad pregunté qué pasaba. Me dijeron que el Cardenal Verdier hacía la visita pastoral.

Entonces había en París mucha ‘controversia’ a propósito de las parroquias de estilo futurista que el Cardenal mandó construir en los suburbios dirigidos por el ‘revolucionario’ Le Corbusier y ello hacía que se hablara mucho del Cardenal en los diarios. Empujado por la curiosidad entré como pude para ver al hombre de moda.

Yo iba solamente para verlo, y ya me habría dado por satisfecho, pero resultó que (sin yo desearlo) también le oí. Los orientales dicen que el oído es el principal de los sentidos, pues es el que nos conecta con los dioses. Sea como sea, el hecho es que yo entré para ver, y estoy seguro de que el ver solo me habría dejado tal como estaba, la desazón me entró por el oído.

El oírle fue cosa de dos o tres minutos, y lo único que ‘pesqué´ fue este concepto:

El cristiano es un especialista en Cristo, y de la misma manera que el mejor oculista es el que más sabe de teoría y de práctica de ojos, el mejor cristiano es el que más sabe de teoría y de práctica de Jesús.

Ésta fue la semilla de Vida que la Providencia amorosa dejó caer en mi estiércol, valiéndose de las palabras de su servidor el Arzobispo de París, que nunca supo ni pudo sospechar que iban a cambiar toda mi vida”.

(Guillermo Rovirosa, El primer traidor cristiano Judas, el apóstol, 1960)


“La conciencia no se encierra en los sentimientos y experiencias, sino que es por sí mismo apertura a la verdad de Dios y del mundo. (…) Nadie es tan sordo como el que no quiere oír”. (J.H. Newman)

4 comentarios en “Ver y oír”

  1. Si Rovirosa hubiera salido ese dia para encontrarse con Cristo seria algo programado, pero si se lo encontró es que lo «programó» otro(como Pedro, Pablo,etc). Pero al mismo tiempo se adhirió poniendo en juego su libertad, sentimientos y mentalidad. Se dio cuenta que eso era lo que su corazon anhelaba.

  2. Cristina Casanova

    Rovirosa, toda una vida donde su tierra, «estiércol» dice él, se preparó para esa semilla y cayó en tierra buena y dio fruto abundante…. cuántos obreros, cuántas familias se beneficiaron de ese fruto!!y a nosotros nos llegó también…A ver cómo encuentra la semilla nuestra tierra.

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