Ana Sánchez
Si nos retrotraemos unos añitos, con esta película de 2014 nos acercamos a la Gran Bretaña de los años ochenta, en pleno gobierno de Margaret Thatcher, una década en la que se sucedieron importantes cambios, no sólo políticos o económicos, sino también sociales y culturales. En esta época se produjeron distintas luchas, unas contra cierres de empresas que dejaban a muchos trabajadores en la calle y otras por una apertura social hacia los nuevos tiempos.
En esta historia, basada en hechos reales, confluyen dos de estos movimientos: la resistencia de los mineros galeses ante el cierre de las minas y la del movimiento de gays y lesbianas reivindicando la libertad de poder mostrarse como son; vemos cómo confluyen nuevos y viejos movimientos sociales, aliados ante un enemigo común; esto les muestra que los problemas no pueden parcelarse, que siempre hay que buscar las causas de los mismos y hacer un frente común, que muchas veces nos lleva a encontrar aliados insospechados, como sucede entre homosexuales y mineros, que parecen antagónicos y se acaban descubriendo como víctimas de un mismo sistema que no tolera lo que se sale de sus esquemas mercantilistas: sólo es “lícito” lo que puede encauzarse hacia una sociedad que busca el máximo lucro a costa de lo que sea y elimina todo lo que la estorba.
Los auténticos protagonistas son personas normales, a pie de calle, que realmente aspiran a un mundo mejor. Quizá no pueda decirse que consigan grandes triunfos, incluso ni siquiera parecen pretenderlos, pero sí poder vivir su propia vida con dignidad. Y esto lo encauzan con la ayuda de los demás, la lucha conjunta: la familia, la comunidad, el sindicato, la asociación,… y las agrupaciones de todas estas instituciones, de forma que puedan trabajar juntos para mejorar la vida de las personas, para reivindicar la posibilidad de una vida digna y libre, sin persecuciones ni opresiones. Y será precisamente vislumbrar esta coincidencia en la persecución lo que les hace abrir los ojos a dos colectivos tan dispares para buscar una unión que supere las aspiraciones de uno, englobando las comunes.
Una vez más, un relato que nos puede ayudar a pensar cómo nos situamos en nuestra propia vida y la de todos aquellos que nos rodean, en un mundo cada vez más globalizado en el que el otro, el diferente… cada día está o debería estar más cercano a mí, a nosotros.