“Sound of freedom”. Asómate a un abismo real de nuestro mundo

Autor: Policarpo Díaz, sacerdote diocesano de Salamanca.

I.- “Habéis oído que se dice…”

1.- Estoy sorprendido por el interés de ideologizar innecesaria e injustamente a esta película. Quieren desprestigiarla, quitarle efecto, llenarla de sospechas de intereses ideológicos y proselitistas…

2.- Seguramente escucharás por un lado y por otro, críticas (buenas y malas, como son todas las críticas) al productor (Eduardo Verastegui, también actor, político de derechas que hace campaña en México), al director (Alejandro Monteverde, que tiende a hacer cine social y de marcado carácter cristiano); al protagonista (Jim Caviezel, que trabajó de la mano de Mel Gibson, protagonizando el papel de Cristo en la película de “La pasión de Cristo”; al guión, al estudio que la hecho posible (“Ángel Studios”, el mismo que nos ha traído la muy sorprendente serie “The Chosen”) al resto del reparto, a la banda sonora… Acusan a esta película de ser “católica”.

3.- Por esto mismo, quizá te sorprenda que incluso encuentres burlas que apuntan a la ideología que está detrás, pero que en el fondo, como toda burla política (de un lado o de otro), no es más que gasolina que quiere hacer arder la pretensión de fondo, que es contar la una historia prohibida, un tabú, un tema espinoso, un tema oculto del que muchas personas con fuertes intereses ideológicos y económicos, no quieren afrontar y prefieren las distracciones de ponerle cartelitos como: “cine católico”, “cine de derechas”, “cine ñoño”… Pero resulta que no tiene que ver lo uno con lo otro, es decir: que a pesar de ser cine contundentemente católico, no por eso automáticamente debe ser cine “ñoño”, “proselitista”, o “manipulador”… Es posible que algunas de las personas que andan detrás del guión, de la producción, de la dirección sean de derechas… (vete tú a saber qué eso de ser de derechas o de izquierdas en EEUU, quizá algo muy diferente a como lo concebimos provincianamente en España); es posible que otros sean de izquierdas… (vale el mismo paréntesis anterior, pero a la inversa)… Sinceramente pienso que nada de eso puede discutir absolutamente nada a la historia que cuenta: su realismo, su verdad, su crueldad, su desgraciada identidad de ser una historia basada en hechos reales. ¡Desgraciadamente reales!

4.- Quizá también escuches que esta película ha tenido que sortear muchísimas dificultades para poder ser estrenada: ¡Han pasado ya cinco años desde que se rodó!, pero cuando un producto cultural “pone luz a las tinieblas” y destapa chollos de magnates, es preciso frenarla, ponerle “palos a las ruedas”, buscarle ilegalidades, hacer que tropiece en temas financieros, tratar de calumniarla para que cuando llegue a las pantallas, llegue “viciada” y fracase, o al menos que no triunfe tanto.

5.- Los que la analicen desde lo que es: un producto cinematográfico, estarán en todo su derecho de juzgarla como consideren oportuno y yo podré estar de acuerdo con ellos o discrepar en todo o en parte y me ayudarán a pensar, a formarme mejores juicios…, pero, por favor, que lo hagan sólo desde el punto de vista técnico, artístico, interpretativo… Es decir, es posible que esta película no sea una “obra maestra” cinematográficamente, que tenga lagunas, que su presupuesto no haya hecho posible elegir mejor reparto o buscar mejores efectos, o qué se yo… Pero eso es distinto.

Yo de eso, no voy a hablar, porque ni puedo (no tengo suficiente formación), ni quiero (no es lo mío).

Estoy totalmente de acuerdo con el crítico de cine del Diario de León, Gonzalo González Laiz, que dice, en su artículo titulado “Libres para juzgar”: “cuando uno ve la película, resulta que, o uno es muy ingenuo, o no hay lectura política posible, sino una entretenida película de denuncia que sólo ataca y puede molestar a pedófilos” (Diario de León, 18-X-23)

II.- “Pero yo os digo”:

1.- Que creo que estoy en condiciones de hacer una reflexión y ponerla en circulación para que entre en contraste con otras críticas y aporte elementos que posibiliten que la gente vaya al cine, que vea esta película y que después de verla y de reflexionarla (y rezarla), haga lo posible para sea trabajada por grupos de alumnos de colegios, institutos y universidades; para que sea materia de reflexión en grupos de catequistas, de profesores de religión y otros agentes de pastoral que trabajen con niños, adolescentes, jóvenes, adultos… Hay que hablar de esto. Hay que reflexionar sobre esto. Hay que rezar para que esta lacra desaparezca.

2.- Si vas buscando una película trepidante, que te tenga despierto, inquieto, expectante… un par de horas, esta es tu película. Puede ser que te guste la acción, el suspense… aquí lo encontrarás, te lo aseguro, pero además te llevarás más.

3.- Porque, si además te gusta el cine con valores espirituales y humanos, si te gusta que el cine te interpele, te renueva por dentro, te conmueva el corazón y te ayude a conocer los grandes desafíos y retos del mundo en el que vivimos… entonces, no lo dudes: ESTA ES LA PELICULA QUE DEBES VER Y RECOMENDAR.

4.- Si eres responsable de una parroquia, de una delegación Cristiana, si acompañas a un grupo de jóvenes, si tienes algo que ver con la pastoral juvenil o universitaria, si trabajas en pastoral penitenciaria o en las oficinas de defensa del menor; si eres catequista de niños o adolescentes, si eres profesor de religión, si eres sacerdote, religioso, padre de familia… aquí tienes un estupendo material para:
a.- Abrir los ojos.
b.- Educar el corazón.
c.- Rastrear la presencia de lo religioso y lo espiritual en el alma de los protagonistas y en los diálogos impactantes que nos regala el guión.
d.- Detectar el pecado estructural y sus secuelas…
e.- REZAR, dar gracias, pedid perdón…
f.- y mucho más…

Si me permites ser propagandista, VETE A VERLA, RECOMIÉNDALA, HAZ UNA FICHA DE TRABAJO PARA HACER FÓRUM DESPUÉS… Aprovecha esta magnífica oportunidad que nos viene dada justo ahora, en los inicios de este curso.

No pierdas la oportunidad de asomarte a un abismo real de nuestro mundo (uno de tantos), y de contribuir con ello a su erradicación.

No cabe acusar de exageración a lo que esta película plantea, cuando la esclavitud actual (sobre todo de niños y mujeres) es numéricamente mayor que cuando estaba permitida por las leyes. El artículo de Wiquipedia, por no ir más lejos, es tremendo.

Ah, y perdonadme la fantochada de haber hecho propia la famosa fórmula que Jesús usa en el Evangelio: “Habéis oído que se dijo… pero yo os digo”. No quería ser más que un uso de estilo… Por supuesto que lo que yo os digo, puede ser tirado a la papelera. Faltaría más.

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