90 años de la Huelga Revolucionaria de 1934

Rodrigo Lastra

En unas semanas verá la luz un nuevo libro. La semblanza de un militante obrero, un tipógrafo del primer tercio del siglo XX español. Francisco Gómez del Castillo, una vida tan apasionante como desconocida. A través de sus páginas y de la vida de Francisco, podremos recorrer aquella época convulsa de nuestra historia de la que Gómez del Castillo fue actor protagonista. Y de aquella vida, uno de los capítulos más destacados es la Huelga Revolucionaria de octubre 1934. Huelga de la que ahora se cumplen 90 años Francisco se había trasladado desde Llanes a Granada por mandato de la UGT para organizar la huelga en la capital granadina… y a la postre le costaría la vida. Una vida entregada por un Ideal.

Adelantamos en este blog el capítulo del libro referido a la Revolución de octubre de 1934 desde el testimonio de uno de sus protagonistas:

Las elecciones del 19 de noviembre 1933 finalmente las ganaron las derechas, que en esta ocasión se habían reorganizado y aglutinado en torno a la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) liderados por el abogado José María Gil Robles, miembro de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNdP). El PRRS de Francisco Gómez del Castillo pasó de 61 diputados en 1931 a tan sólo 1 en 1933, con lo que prácticamente desaparecía. Sus militantes de Llanes pasaron a engrosar las filas de Izquierda Republicana (Fernández Vega, el médico García Gavito, Pesquera, etc.) o del Partido Socialista[1]. Este fue el caso de Francisco Gómez del Castillo, que por aquel entonces ya mostraba un fuerte desencantó con la República[2]. En pleno bienio “progresista” había tenido lugar la insurrección de Castilblanco (Badajoz) con cuatro guardias Civiles linchados tras matar a un campesino, los sucesos de Arnedo (La Rioja) donde las fuerzas del orden dispararon indiscriminadamente contra manifestantes de la UGT matando a 11 personas entre ellas a un niño. Y especialmente los sucesos de Casas Viejas (Cádiz) en la que 28 campesinos anarquistas fueron masacrados a sangre fría por las fuerzas del orden republicanas. En agosto de 1933 se había aprobado la ley de vagos y maleantes, que además de perseguir a los mendigos, metió a miles de obreros en la cárcel por hacer huelgas, o por trabajar más de la cuenta, Bajo esa ley se encarcelaba a los obreros en paro que queriendo trabajar, cogían sus herramientas y se metían en las obras a trabajar y luego exigían su jornal, La prensa obrera también fue perseguida. Sólo en 1932, en pleno bienio “izquierdista”, el periódico Solidaridad Obrera, el de mayor tirada y el más característico del movimiento obrero libertario por aquellos años, sufrió 32 suspensiones gubernamentales. El nuevo Régimen que se definía en su Constitución de 1931 como una República de Trabajadores, parecía que cada vez trataba peor a sus trabajadores.

El propio Francisco escribiría unos años después desde Granada un amargo artículo en el que descargaba toda su decepción con el régimen republicano tras las represiones de Casas Viejas, Castilblanco, y las huelgas revolucionarias de la  FNTT de 1934: La paz en el campo. Ya no hay huelgas; ya no se abren las puertas delas Casas del Pueblo, que estaban incubando una nueva civilización. ¿Pero hambre, malestar, desesperación? Algo tan intenso cual el dolor callado que se refleja en estos montones de arrugas que son la gleba andaluza, estos campesinos que saben que la República Española ha cambiado el lema de Rusia: “aquí el que trabaja no comerá jamás”. Jamás, jamás. Lo definitivo que hay en este adverbio es la causa del martirio acatante que entre crujidos de dientes punza el corazón de millares y millares de seres humanos. Jamás, jamás. El vocablo ha ido apagando las luminarias de esperanza de aquel 14 de abril, tan lejos, tan difuminado por la avaricia y la traición[3]. La República se iba quedando sin republicanos. Las derechas querían volver al Antiguo Régimen. Los anarquistas, fuerza obrera tan mayoritaria como el socialismo y que nunca habían colaborado con la República (pedían la abstención en las elecciones) quería la Revolución. El PSOE, y especialmente la UGT, que habían colaborado con la República, muy desencantado ya, empezaban a pensar seriamente también en la Revolución Obrera. Francisco entre ellos.

El prestigio militante de Francisco hacía tiempo que había trascendido a escala nacional. En 1934 ya figura como presidente de la Agrupación Socialista de Llanes en sustitución de Veneranda Manzano que acabada de ser elegida diputada en Cortes[4]. Francisco mantenía relaciones estrechas con los secretarios y delegados nacionales de la Federación Gráfica de la UGT. Un hombre va a ser clave en los próximos años en la vida de Francisco y su familia; Ramón Lamoneda Fernández, que sería el último Secretario General del PSOE elegido en España antes de la dictadura de Franco. Por aquel entonces Ramón Lamoneda, tipógrafo jienense, era miembro del Comité Nacional de la UGT en representación de la Federación Gráfica Española. En las elecciones de 1933 había salido elegido diputado por la circunscripción de Granada. Tras la victoria de las derechas, inicialmente la CEDA no entra en el Gobierno, que queda presidido por el radical republicano de derechas Alejandro Lerroux. El PSOE y la CNT que ya barruntan un golpe revolucionario amenazan con que si la CEDA entra el gobierno declararán una huelga general revolucionaria. Durante el año 1934, el PSOE, en cuyo seno habían ido triunfando las posiciones más “izquierdistas” lideradas por Largo Caballero e Indalecio Prieto, se irá preparando para la Revolución.

Y es en ese contexto cuando el Partido Socialista y la UGT le piden a Francisco Gómez del Castillo, a través de su amigo Ramón Lamoneda, que se traslade a Granada para organizar la huelga revolucionaria. Y de nuevo Francisco dirá sí, y se trasladará con toda su familia a Granada en la primavera de 1934. Y lo hará nuevamente por razones militantes, no laborales. Lo que suponía de facto cobrar menos que con su trabajo de tipógrafo y pasar más dificultades. Tal y como nos relata su hijo: En la vida de un militante obrero de entonces no se ponían objeciones a la acción. Cuando mi padre se traslada de Santander a Asturias, está en Asturias unos años, prácticamente desde el año 1925 al año 1934, y luego cuando el partido considera que mi padre tiene que irse a Andalucía a organizar la Huelga Revolucionaria en el año 34, en concreto en la provincia de Granada como Secretario General de la UGT, pues de va para allá, y se para allá con toda la familia. Y la familia vamos prácticamente de limosna, por supuesto sin muebles, de manera que cuando llegamos a Granada, dormimos sobre libros, porque la biblioteca no se quedó en Llanes. La biblioteca se llevaba a Granada. Eran los criterios de un militante socialista de entonces, de manera que el libro estaba por encima de los muebles, el quehacer de cara al Ideal estaba antes que el quehacer particular y el engorde particular, y por eso la disponibilidad era absoluta[5]

Ese amor por los libros no era una excepción en aquella militancia obrera. Juan Vicéns fue un bibliotecario español ligado a la Institución Libre de Enseñanza. Recorriendo a España en aquellos años 30 en las misiones pedagógicas de la II República, quedó asombrado por el ansia de cultura de los obreros y campesinos, reflejado en la multitud de bibliotecas y lugares de intercambio de libros y folletos que descubrió entre los pobres: ante la carencia de bibliotecas oficiales y populares, las organizaciones obreras y diversas asociaciones culturales fundaron por todos los lados un gran número de bibliotecas y centros culturales. En Asturias, ya desde años antes se habían desarrollado los ateneos con su biblioteca y su sala de conferencias, y en algunas de sus tribunas habían hablado los más celebres representantes de la inteligencia y la cultura española. Cuando las organizaciones culturales obreras fueron, pura y simplemente prohibidas por la policía, el pueblo no se resignó y pudo manifestar su voluntad con vehemencia redoblada. He podido presenciar escenas extraordinarias; en algunos pueblos muy pobres, situados a lo largo de la línea del ferrocarril en Andalucía, veía a diario a hombres de aspecto miserable acercarse al tren ¿para pedir limosna, tal vez? ¡no! Lo que pedían eran libros y revistas y cuando se les daba acudían a sentarse alrededor del que, a viva voz, las leía[6]. El historiador británico Eric Hobsbawn escribe así sobre aquellos militantes obreros: leían y se instruían ellos mismos con entusiasmo apasionado. Aún hoy, cuando se pregunta a los habitantes de Casas Viejas lo que piensan de los que habían sido militantes, y que ahora o están muertos o andan por el mundo, en la mayoría de los casos, se suele oír alguna frase como ésta: siempre andaba leyendo algo[7]

La fecha exacta de su llegada a Granada la desconocemos, aunque para  el Primero de Mayo de 1934 ya figura como orador en un mitin en Motril junto con Ramón Lamoneda y Juan Comino[8]. Francisco Gómez del Castillo se hará cargo de la Secretaria General de la UGT granadina y posteriormente también de la Secretaria de la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra (FNTT). La FNTT se había fundado en 1930 tras décadas de difícil trabajo para involucrar en una misma organización al sindicalismo agrario socialista. Llegaría a aglutinar a cerca de 400.000 trabajadores del campo, teniendo en las provincias manchegas, extremeñas y andaluzas el mayor número de afiliados. Precisamente, recién llegado a Granada a Francisco le tocará vivir una gran huelga agraria. El 5 de junio de 1934, aprovechando el periodo de cosecha, comenzó una huelga general campesina promovida por la FNTT como respuesta a las políticas contrarreformistas del gobierno republicano. Asimismo, se quería paralizar el boicot que la patronal agraria realizaba a los Jurados Mixtos del Trabajo. Los Jurados Mixtos eran órganos formados por patronos y obreros para intentar resolver los conflictos del trabajo e intentar negociar condiciones colectivas de derechos laborales y no individuales.

La participación de la huelga fue muy irregular en toda la península, y la duración de la misma fue de entre una semana (en la mayoría de los casos) y dos semanas en aquellas zonas con mayor arraigo de la UGT. Fueron días intensos de ocupaciones de fincas, de manifestaciones. Las Casas del Pueblo eran vigiladas a diario y las sedes de sindicatos campesinos, clausuradas. En Granada el seguimiento fue masivo y pacífico, en contraste con su vecina Jaén donde se registraron muchos conatos de violencia. 110 pueblos granadinos (más de la mitad de los de la provincia) se sumaron al paro. Sin embargo, la huelga fracasó y fue seguido de una dura represión. Numerosos ayuntamientos fueron suprimidos y más de 7000 campesinos fueron encarcelados en toda España. La FNTT quedó gravemente dañada. En los meses siguientes Francisco participará en diversos actos para pedir la amnistía para los campesinos procesados[9]. Este fue el recibimiento de Francisco en Granada y la antesala de la huelga general que sucederá en otoño de ese mismo año. Su preparación era el motivo por el que Francisco y su familia estaban en Granada. Ya no serán huelgas laborales, como las que Francisco había vivido en Cantabria y en Asturias. Serán huelgas revolucionarias, que pretendían derrocar el régimen republicano burgués.

14. PRISIÓN Y MUERTE

Como consecuencia de estas huelgas, el gobierno derechista de la República aprovechará para limitar mucho la negociación colectiva, reformando los Jurados Mixtos, impidiendo entre otras cosas que los obreros asociados a sindicatos participen en ellos. Las conclusiones que saca Francisco serán demoledoras. En un artículo titulado Réquiem a los Jurados Mixtos, expresará: Se acabó el arbitraje que reglaba salarios y formas de trabajo. A nosotros no nos acongoja el final. Son muchos los años que llevamos un activo en la pugna de clases, para que no sepamos qué es lo que nos resta por hacer. Los obreros volverán a sus viejos cuarteles sindicales y ante la dolorosa realidad que van a ser los nuevos Jurados (más quebrados que mixtos), tendrán que fiarlo todo al empuje combativo de sus organizaciones de clase, el ismo medio eficacísimo que tantas victorias y ventajas les reportara en los tiempos galanes de la monarquía. El sueño democrático de concordia ha fallado[10].

El Partido Socialista había comenzado una estrategia de Alianzas Obreras, buscando sinergias con las otras fuerzas proletarias (especialmente con la CNT) de cara a sus planes revolucionarios. Parte de los trabajos de Francisco Gómez del Castillo en este sentido los conocemos por la filtración que hizo en agosto de 1934 el periódico conservador de Granada “Ideal”, alarmando sobre los elementos extremistas de la Alianza obrera que pretenden instaurar una República Socialista Federal”[11]. Dicho documento clandestino estaba firmado por Julián Noguera[12] y José Alcántara[13] por la CNT, por Juan Carreño[14] por el PSOE y por Francisco Gómez del Castillo por la UGT. La noticia tuvo gran repercusión pues la hemos encontrado repetida en importantes cabeceras nacionales conservadoras[15] y en otras cabeceras provinciales[16]:En el documento firmado conjuntamente por anarquistas y socialistas se dice que los firmantes del pacto trabajarán de común acuerdo para conseguir el triunfo de la revolución social, cuyas consecuencias inmediatas sería la República socialista federal. Se habla en el documento de la constitución del Comité Nacional para dirigir el movimiento y de la organización en las respectivas provincias. En uno de los apartados determina que el Comité de Cataluña está en el deber de elaborar un plan de acción con el fin de consolidar la revolución social. Se cita la creación de secciones de policía, militar, industrial, agraria, higiene, prensa, ferrocarriles y otras. La acción de la “alianza Obrera” comprende tres periodos: primero agitación y movilización de masas; segundo, resistencia al fascismo y asalto del Poder político y económico, y tercero, estructuración de la República socialista federal. Dicho documento que es extenso aparece firmado por firmado por Julián Nogueras y José Alcántara por la Federación Sindicalista Libertaria; Juan Carreño por el PSOE; Francisco Gómez del Castillo por la UGT, que son los designados para la Asamblea que se anuncia para la organización de la Alianza Obrera en Granada y su provincia.

Quedaba clara que la nueva estrategia del socialismo hispano era la revolución social. Pero para que sus planes no perdieran legitimidad legal necesitaban un acto de provocación. Y ese acto no iba a ser otro que la entrada de la CEDA en el gobierno. El contexto internacional propició también la polarización. El fascismo gobernaba ya en Italia, y hacía un año que el partido nazi de Adolf Hitler se había hecho con el poder en Alemania. Gil Robles no escondía sus aspiraciones totalitarias y su desprecio a la democracia burguesa, que según el mismo reconocía, usaba como instrumento para una vez en las instituciones de gobierno, hacerse con todos los resortes de poder, de la misma manera que había sucedió en Alemania. Indalecio Prieto había dejado claro que si la CEDA entraba en el gobierno, el partido Socialista declararía la huelga general revolucionaria,  tal como lo refleja el Diario de Sesiones del 20 de diciembre de 1933: Decimos, Sr. Lerroux y Sres. Diputados, desde aquí, al país entero que públicamente contrae el Partido Socialista el compromiso de desencadenar, en ese caso, la revolución.

El 1 de octubre, la CEDA retira su apoyo al Partido Republicano Radical. El presidente de centro derecha, Ricardo Samper, dimite y Alejandro Lerroux vuelve a la presidencia del Consejo de Ministros, Y el 4 de octubre se forma un nuevo gobierno en el que entraban por primera vez 3 ministros de la CEDA (Agricultura, Justicia y Trabajo). Ese mismo día el PSOE hace un llamamiento a la huelga general revolucionaria, que entrará en vigor a las 00.00 del 5 de octubre. La CNT, que recientemente había salido de un ciclo insurreccional estaba muy tocada y se abstuvo de apoyar la convocatoria, salvo en Asturias, donde la rebelión y la represión posterior va a ser la más dura. En Barcelona, el 6 de octubre, el presidente de la Generalitat Lluís Companys, líder de Esquerra Republicana, proclama desde el balcón del ayuntamiento un estado catalán dentro de la República Federal Española. El ejército entra en Cataluña, Companys se rinde la mañana del 7 de octubre y todos los miembros del gobierno catalán son detenidos. En Madrid se produjo un intento de asalto de la Presidencia del Gobierno y de los otros centros de poder, pero fueron dominadas con relativa facilidad por el Gobierno de la República, que encarceló a los sublevados. El día 12 de octubre Madrid recobró la normalidad. Es realmente en Asturias, la tierra de adopción de Francisco, donde la huelga durará hasta el 19 de octubre y donde el conflicto llega a tener tintes de revolución proletaria. Los obreros, especialmente por influencia de los mineros, están más organizados y armados.  Se toman pueblos, ciudades, se queman iglesias, edificios oficiales… se declara en Gijón la República Socialista Asturiana y en ciertas áreas de la Felguera y de Gijón comienzan experiencias de colectivismo.

El ejército al mando los generales Manuel Goded y Francisco Franco dirigen la represión de la rebelión desde el Estado Mayor en Madrid. El general Eduardo López Ochoa, junto con los legionarios del coronel Juan Yagüe y apoyo de la aviación sofocaran la Revolución en Asturias a sangre y fuego. Se estima que, en los quince días de revolución, hubo en toda España entre 1500 y 2000 muertos, incluidos unos 300 guardias civiles, soldados, o guardias de asalto y carabineros; y cerca de 40 religiosos. La ciudad de Oviedo quedó prácticamente destruida y se estima que en toda España fueron detenidas y sometidas a juicio entre 20.000 y 30 000 personas por participar en la revolución. Uno de ellos, Francisco Gómez del Castillo.

En Granada la huelga se declaró el 7 de octubre, con Francisco al frente de la Secretaria General de la Federación Provincial de la UGT. Pero Granada no era Asturias. La capital era bastante conservadora y el campesinado rural de la provincia estaba todavía restañando las heridas de la huelga agraria de hacía apenas 4 meses. El día 8 comienza la huelga en la capital. Se sumaron obreros de la construcción, tipógrafos, taxistas, tranviarios, la sanidad, metalúrgicos, conductores de autobuses urbanos, trabajadores del sector textil, los azucareros y parte de los ferroviarios. Las clases se suspendieron. El gobierno militar publicó un bando por el que daba un plazo de 24 horas para volver al trabajo, transcurrido el cual los empleados que siguieran en paro serían despedidos. La declaración del estado de guerra permite a las fuerzas del orden actuar con rapidez y contundencia. Se incrementan los registros domiciliarios, se estableció la censura y se detuvo al comité de huelga y a importantes dirigentes del socialismo local compañeros de Francisco como Alejandro Otero[17], Virgilio Castilla[18], Constantino Ruiz[19] o Manuel Fernández Montesinos[20]. También se detienen a otros cargos públicos, como los alcaldes de Montefrío, Huétor, Vega y Fonelas. Muchos otros responsables socialistas, como Francisco, tienen que esconderse para no ser arrestados. El día 13 de junio, más de una semana después, se puede dar por finalizada la huelga en la provincia de Granada.  Comienza la represión. El 14 de octubre es detenido y asesinado el maestro y diputado Juan Carreño. Y el 17 de octubre, tras ser delatado por un compañero, es detenido Francisco Gómez del Castillo Cabrero junto con el concejal socialista Juan Comino Alba[21]. A los insurrectos se les aplicó la jurisdicción militar y fueron juzgados por consejos de guerra con penas que se prometían durísimas.

La detención de Francisco supondrá un gran sacrificio para aquella familia que se había traslado de Llanes a Granada. Los hijos dejarán la escuela para ponerse a trabajar en lo que encontraban y ayudar al sustento familiar. Sentirán también la solidaridad de los compañeros, que, a través de instituciones como el Socorro Rojo Internacional[22], ayudarán a las familias de los presos y fallecidos. Y sentirán especialmente la Solidaridad de la “viuda del Evangelio”. La solidaridad de los que, teniendo menos, dan todo lo que tienen. La familia de Gómez del Castillo Domínguez recordará siempre a aquella familia pobre de Montefrío que recorrió andando 30  kilómetros para darles lo poco que tenían; una bolsita con apenas un kilogramo de garbanzos[23]. Esa era la Solidaridad de los pobres.

Y desde la cárcel Francisco seguirá su lucha social. Cómo tantas veces había ocurrido para esta generación militante, de la cárcel hicieron escuela y universidad. Francisco hacía carne aquellas palabras de su viejo amigo cántabro Bruno Alonso, y que por aquellas mismas fechas también andaba en busca y captura: Un buen militante socialista ha de estar dispuesto en todos los momentos a los sacrificios materiales y morales que sean necesarios para el triunfo de los ideales obreros. La lucha por la clase obrera y por el socialismo es un combate sin tregua que se libra día a día, minuto a minuto, que requiere la entrega completa de nuestra vida, la consagración absoluta de nuestra existencia. Bienestar, comodidades, familia, tranquilidad del hogar, libertad y hasta seguridad de la persona han de sacrificarse, no a título excepcional sino cotidianamente, en cada instante y en cada minuto[24]. Durante esos meses Francisco seguirá colaborando con la prensa escribiendo artículos e intentando recomponer el movimiento sindical[25]. Sus hijos recordarán como iban a visitarle a la cárcel y la pasaban a escondidas de los carceleros los ejemplares de la prensa obrera. O cómo desde la cárcel Francisco colaboraba con el Socorro Rojo. Sus hijos recordarán como ellos trabajan cobrando los sellos: En la huelga del treinta y cuatro mis dos hermanos mayores y yo estuvimos cobrando sellos del Socorro Rojo Internacional y organizando, dirigidos por mi padre desde la cárcel, la ayuda a los presos de la revolución del treinta y cuatro. El Socorro Rojo era la forma encargada de recaudar dinero para que los militantes obreros que estaban presos recibieran un mínimo de subsidio con que seguir existiendo. Entonces mis hermanos y yo cobrábamos eso. En una ocasión perdimos un talonario de 10 sello del Socorro Rojo y hubo que estar sin comer una semana[26]. La implicación de Francisco debió ser importante, pues en 1936 la delegación de Granada del Socorro Rojo Internacional se llamaba “grupo Gómez del Castillo”[27].


La escasa comida y las duras condiciones de las cárceles de aquella época hacen que Francisco enferme. El Tifus era una enfermedad infecciosa causada por una bacteria llamada rickettsia y que se trasmitía a través de pulgas y piojos. El tifus exantemático era entonces una enfermedad de elevada letalidad que se caracterizaba por producir fiebre muy elevada, alteración del nivel de consciencia y fallo hepático que conducía a la muerte en unas semanas. En la Europa de es considerada el paradigma de enfermedad asociada a las malas condiciones higiénicas, el hambre y el hacinamiento. Enfermedad de pobres en general y de presidiarios en particular. Dolores también había caído enferma y para evitar que se muera en la cárcel logran que le dejen volver a casa, y en julio de 1935, sale en libertad provisional, sin conmutarle la condena.

Estando enfermo aun participará en un acto organizado por la Juventudes Socialistas en la Casa del Pueblo en el aniversario del asesinato de Jean Jaures[28]. En este acto participará con la diputada María Lejarraga y con su amigo Ramón Lamoneda.[29] Apenas le quedará un mes de vida, pues la muerte ya le andaba acechando. Pero dado el gran prestigio que su figura había adquirido dentro del socialismo, durante el mes de septiembre se produce una gran proyección nacional que hace que incluso sea propuesto como diputado para las próximas elecciones que se avecinaban. En esas elecciones el objetivo principal de las fuerzas proletarias será sacar a los presos de la cárcel. El 8 de septiembre estaba previsto un gran mitin de “Afirmación Proletaria” en la plaza de Toros. Se trataba de una demostración de fuerza, pue se estaba anunciando con mucha anterioridad en diversos periódicos locales[30] y nacionales[31]. Se había elegido el aforo más grande de la ciudad y se estaban organizando trenes desde Málaga, Almería y Jaén. Los oradores para ese acto serían todos diputados socialistas, María Lejarraga, Ramón Lamoneda, Julio Álvarez del Vayo[32], José Andrés Manso[33]… y Francisco Gómez del Castillo. El mitin se celebró con gran éxito. Pero Francisco ya no pudo asistir. Unos días más tarde se celebraba el Congreso Provincial de la Federación Obrera de los Trabajadores de la Tierra. El presidente, Ernesto Fernández[34], lamenta que una grave enfermedad impida al secretario, Gómez del Castillo, su presencia en este acto, así como la ausencia forzada de otros compañeros que se hallan en prisión. A pesar de eso es ratificado por unanimidad como Secretario General de la FNTT el compañero Francisco Gómez del Castillo.[35]

Pero todos estos planes de futuro se iban a truncar drásticamente. El 25 de septiembre de 1935 fallecía en su casa de Granada, Placeta del Hospicio 6, Francisco Gómez del Castillo. Dolores y sus cinco hijos quedan desolados.


[1] Villaverde, J.L. (2002). La agrupación socialista de Llanes. 70 años. La Nueva España. 27-3-2002.

[2] Los últimos artículos en el diario El Pueblo de finales de 1933 y principios de 1934 se muestra muy crítico y desencantado con los gobiernos y las medidas de republicanas.

[3] La Región 28-8-1935. Artículo sobre la situación del campesinado en Andalucía titulado “La paz en Andalucía”.

[4] Ficha de Francisco Gómez del Castillo. Signatura: DNSD-SECRETARÍA,FICHERO,26,G0179787. https://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/11644110?nm. El sucesor en el cargo será su amigo Pedro García Bustillo, ferroviario. En 1937 sería el último alcalde republicado de Llanes. Fue fusilado en Gijón en 1938.

[5] Entrevista a Julián Gómez del Castillo. Ibíd.

[6] Vicéns, Juan (1938). España viva, el pueblo a la conquista de la cultura. Madrid. Vosa. (2002).

[7] Hobsbawm, E.J. (1968). Rebeldes primitivos. Barcelona. Ariel. 134.

[8] El Defensor de Granada 30-4-1934. Juan Comino Alba, era concejal socialista en el ayuntamiento de Granada. En octubre sería detenido y encarcelado a la vez que Francisco. Tras triunfar el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 fue fusilado en Granada el 16 de agosto siguiente.

[9] El Defensor de Granada 11-9-1934. En el acto aquí relatado Francisco comparte tribuna en la Casa del Pueblo de Granada con los diputados socialistas Ramón Lamoneda (Granada) y Antonio Acuña Carballar (Málaga), que sería fusilado en Córdoba el 28-8-1936.

[10] El Defensor de Granada. 18-7-1934. El Defensor fue un diario liberal-progresista editado en Granada entre 1880 y 1936.

[11] El Ideal de Granada, 17-8-1934. El Ideal era un periódico fundado por Editorial Católica en 1932.

[12] Julián Noguera del Río, albañil, militante libertario y socialista, secretario de los sindicatos de Motril. Murió fusilado en las tapias del cementerio de Granada el 30-10-1941.

[13] José Alcántara García, albañil granadino, destacado militante de la CNT. Murió fusilado el 2-8-1936.

[14] Juan Carreño Vargas. Maestro, secretario del sindicato de maestros de la UGT y diputado en las cortes de 1931 por el Partido Socialista. Fue detenido, junto con Francisco Gómez del Castillo tras la huelga revolucionaria de octubre de 1934. Murió el 14-10-1934 en comisaría “repentinamente”.

[15] Hemos encontrado la noticia en el diario nacional La Época (16-8-1934), El Debate (16-8-1934), fundado y dirigido por Ángel Herrera Oria, jurista y político de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, y que llegaría a ser obispo y cardenal.

[16] El Adelantado de Segovia 16-8-1934. El Diario Palentino 17-8-1934. El Diario de Burgos 17-8-1934.

[17] Alejandro Otero Fernández, médico, catedrático de obstetricia y rector de la Universidad de Granada. Concejal y diputado en las cortes republicana. Amigo de Francisco. Falleció en el exilio mexicano en 1953. Barranco E., Girón F. Alejandro Otero. (2006). Caja Granada.

[18] Virgilio Castilla Carmona, comerciante, fue vicesecretario de la federación provincial de la UGT (el vicesecretario de Francisco), concejal y presidente de la Diputación de Granada. Murió fusilado el 2-8-1936.

[19] Constantino Ruiz Carnero, escritor y periodista. Concejal de Granada por izquierda Republicana. Director del periódico El Defensor de Granda. Amigo de Francisco, murió fusilado el 8-8-1936.

[20] Manuel Fernández Montesinos Lustau, médico, concejal socialista y esposo de Concepción García Lorca (hermana de Federico García Lorca). En 1936 sería alcalde de Granada. Murió fusilado el 16-8-1936.

[21] La Voz, diario republicano. 19-10-1934. El Defensor de Granada 18-10-1934.

[22] El Socorro Rojo Internacional era una institución creada por la Internacional Comunista en 1922, pretendiendo ser una suerte de Cruz Roja del movimiento comunista internacional y sus aliados. En España aparecerá a raíz Revolución de octubre de 1934 en el contexto de las Alianzas Obreras primero y el Frente Popular de 1936 después.

[23] VVAA. (2018) Julián Gómez del Castillo, apóstol de los empobrecidos de la Tierra. Voz de los sin Voz.

[24] Alonso, B. (1957). Memorias de un provinciano. Santander. Edición promovida por la junta vecinal de Castillo de Siete Villas (1994).

[25] El Defensor de Granada 18-7-1935, 24-7-1935, La Región 28-8-1925.

[26] Julián Gómez del Castillo. Ibíd.

[27] Noticiero Granadino 18-3-1936. El Defensor de Granada 19-3-1936.

[28] Jean Jaures fue el histórico dirigente socialista francés, fundador del periódico L´Humanité, Fue asesinado en 1914 por su postura internacionalista y pacifista frente a la I Guerra Mundial.

[29] El Defensor de Granada 1-8-1835. María de la O Lejarraga García, escritora y diputada socialista. Murió en el exilio en Buenos Aires en 1974.

[30] Diario de Almería 3 y 4-9-1935. El Defensor de Granada 31-8-1935.

[31] Heraldo de Madrid 4-9-1935. La Libertad 4-9-1935.

[32] Julio Álvarez de Vayo, jurista y escritor, diputado. Había sido embajador de la II República en México y durante la Guerra Civil será Ministro de Estado. Murió en Ginebra en 1975.

[33] José Andrés Manso, maestro y dirigente socialista salmantino. Diputado en las cortes republicanas, En los primeros días de la Guerra Civil fue detenido y asesinado por los sublevados e 29 de julio de 1936.

[34] Ernesto Fernández Jiménez, médico socialista. Sería elegido diputado en las elecciones de 1936. Murió fusilado en Granada el 7-8-1936.

[35] La libertad 15-9-1935.

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