Fuente: liberata.org
En el 2021, se publicó el informe SOCTA que cada 4 años hace Europol, “La amenaza de la Delincuencia Organizada y Grave en la Unión Europea”. Subraya la directora ejecutiva de EUROPOL, Catherine De Bolle: «las estructuras delictivas son más fluidas y flexibles de lo que se pensaba, el uso de la violencia por parte de la delincuencia organizada parece ir en aumento y el uso de la corrupción y el abuso de las estructuras empresariales legales son características clave de las actividades de la delincuencia grave y organizada». Dice también este informe de EUROPOL sobre las mafias -más de 5000 en Europa-: «Los explotadores buscan cada vez más explotar a sus víctimas en el contexto de acuerdos comerciales supuestamente voluntarios.
Como parte de estos acuerdos, las víctimas aceptan dedicarse a la prostitución y entregar una parte de sus ganancias a cambio de protección y apoyo con cuestiones administrativas como declaraciones de impuestos, registro en cámaras de comercio o acuerdos de pensiones. Este tipo de explotación es particularmente común en jurisdicciones donde la prostitución ha sido legalizada».
Hace algunos años recorría la antigua zona de prostíbulos de la ciudad de Gotemburgo, en Suecia, acompañada por quien entonces era el jefe de la Unidad de Trata de esta ciudad. Me explicaba cómo aquel barrio tranquilo con sus comercios y casas había sido una zona intransitable y peligrosa antes de la abolición de la prostitución en este país, un verdadero antro cuando las mafias proxenetas campaban allí a sus anchas. También me contaba cuáles eran las características de las mafias, que ninguna se dedica sólo a un negocio sino a varios, que la línea que divide prostitución y trata no es real, y que va unida al tráfico de droga, lavado de dinero y otros crímenes organizados.
Sólo por nombrar algunos casos que ejemplifican lo que digo, es esta misma mafia la que mató en Brasil a una mujer de 31 años que había sido prostituida y era testigo clave de una red de prostitución en Tarragona. Son estos mismos proxenetas, los que incluso desde la cárcel, mandaron matar a otra superviviente de prostitución a tiros delante de su hijo en un pequeño pueblo de Pamplona porque se había atrevido a denunciar a su proxeneta. Esta mafia, que ve peligrar sus negocios delictivos como consecuencia de la propuesta de Reforma del Código Penal para que la prostitución sea considerada una forma de violencia contra las mujeres y castigar a proxenetas y puteros en España, tiene suficiente dinero para hacer campañas a favor de la regularización de la prostitución con el objetivo de que se la considere un trabajo, invertir en estudios académicos que justifiquen su crimen, comprar o amenazar a mujeres vinculadas a ella para que hablen a su favor, o desprestigiar a quienes trabajamos por su abolición y por un mundo libre de violencia sexual para mujeres, niñas y niños. Concretamente, la mafia proxeneta está dirigiendo actualmente una campaña de difamación y amenazas contra la activista, escritora y superviviente de prostitución Amelia Tiganus.
Amelia, autora de innumerables artículos, del cómic que lleva su nombre y del libro “La Revuelta de las Putas”, ha tenido la valentía y el compromiso personal y político de denunciar lo que esconde este negocio, ha puesto el cuerpo, la mente y el corazón al servicio de una causa justa, desde la firme convicción que la prostitución es una actividad que potencia las desigualdades entre los sexos, que nos perjudica a todas, y que lastima física, mental y emocionalmente a la inmensísima mayoría de mujeres que se ven empujadas por causas económicas, sociales y psicológicas a practicarla. Amelia ha sido una figura clave para desmontar los mitos que histórica y culturalmente se han creado en torno a esta forma de esclavitud milenaria.
Por su entrega, su coraje, su inteligencia y calidad humana, Amelia ha sido y es fuente de inspiración, admiración y respeto para muchas mujeres abolicionistas que estamos unidas por el deseo de vivir en un mundo mejor, libre de violencia sexual tanto para las mujeres que la padecen como para los hombres que la ejercen. Por eso, tenedlo claro: ¡Si la tocan a Amelia, nos tocan a todas!
Corina Fuks
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