Amar a los pobres

Entrevista a José Ramón Peláez en COPE Valladolid, programa «El espejo».

Dilexit te, “Te he amado” es la primera exhortación apostólica del Papa León XIV en la que el pontífice nos hace saber que se trata de una reflexión heredada del fallecido Papa Francisco y que ha querido retomar para continuar la propuesta de su antecesor, del que todos los cristianos pueden percibir la conexión existente entre el amor de Cristo y su llamada a acercarnos a los pobres.

Con el sacerdote diocesano de Valladolid, José Ramón Peláez, ahondamos en los puntos clave de esta exhortación apostólica.

– José Ramón, como decía al inicio, es el mismo León XIV quien nos indica que hace suyo este proyecto para dar de alguna manera continuidad a la encíclica Dilexit nos del Papa Francisco. ¿Seguimos, por lo tanto, en la misma línea de acción espiritual? Porque para el Santo Padre es necesario insistir sobre este camino de santificación…

– Claro, la encíclica Dilexit nos que es sobre el corazón de Jesús y la espiritualidad del corazón de Jesús nos plantea la centralidad de la misericordia de Dios y el Papa Francisco ya tenía anunciado un nuevo documento en el que queda claro que es inseparable esa experiencia de la misericordia de Dios y la devoción al corazón de Jesús del amor preferencial por los pobres, y este es el tema de Dilexit te, que el Papa León asume como un documento del Papa Francisco dado que la mayoría de las citas y de las enseñanzas que hay en él, o son de la tradición de la Iglesia, o son de documentos del propio Papa Francisco, especialmente de la Evangelii Gaudium, de la exhortación sobre la santidad Gaudete et Exultate donde dice que no se puede vivir la santidad cristiana si no se tiene una amor preferencial por los pobres.

– Amar a los pobres. En concreto, ¿qué es lo que significa en el contexto de la fe cristiana, y cómo puede esto traducirse, José Ramón, en acciones concretas?

– Bueno… Todo el recorrido que hace el Papa León por la historia de la Iglesia desde el Antiguo y el Nuevo Testamento, los santos padres, la historia de los religiosos, del Magisterio de los Papas modernos y del compromiso de los laicos, viene a concluir que amar a los pobres es amar al mismo Cristo, osea que en el misterio de la encarnación, Cristo ha escogido ser uno de los pobres, y que al final de la Historia, cuando seamos juzgados en el amor, con rostro de pobre Jesús nos va a preguntar “tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber…” entonces cualquier gesto de misericordia hacia el pobre es un gesto hacia el mismo Cristo; y más todavía, desde el mismo título de la exhortación, que es Dilexit te, que es una palabra de Cristo dirigida a una Iglesia muy pobre al comienzo del Libro del Apocalipsis se nos dice que los pobres son el centro del misterio de la Iglesia, que si la Iglesia es el Cuerpo de Cristo, hoy la Iglesia existe, es una asociación de millones y millones de pobres en todo el mundo; y que el centro de la misma Iglesia no solamente es una tarea, una dedicación en favor de los pobres, sino que los pobres son parte de la Iglesia, son la parte más privilegiada, la más querida por el Señor, y a los que tenemos que atender en todo momento. Llega a decir,recordando la historia de los monjes y los religiosos de la edad media, que si la Iglesia es esposa de Cristo, es esposa de los pobres, y los tiene como sus favoritos.

– Estamos hablando de un documento muy amplio, ya que recoge 121 puntos que están divididos precisamente en 5 capítulos… No sé si nos podrías dar alguna pincelada de cuáles son los principales…

– Bueno, en realidad es una exhortación muy sencilla en lo doctrinal en cuanto que hay muy poco de la cosecha del Papa actual, no vemos en ella cuales son las enseñanzas particulares de Robert Prevost en su ejercicio anterior como obispo o como superior de los agustinos sino que él recoge, sin más, lo que es la tradición de la Iglesia: los principales textos del Antiguo y del Nuevo Testamento sobre el servicio a los pobres, la enseñanza de los Santos Padres en torno a los pobres, el testimonio de la vida religiosa de los monjes, de los mendicantes, de los educadores, de los que acompañan a los emigrantes, y el testimonio de la Iglesia en el mundo moderno que, animada por las encíclicas sociales de los Papas, ha trabajado por parte principalmente de los laicos, por cambios estructurales frente a las estructuras de pecado y para hacer un mundo de justicia en favor de los pobres y termina en el quinto capítulo con un desafío permanente, es decir, que el servir a los pobres y servir a ellos en Cristo es un reto también para el futuro de la Iglesia.

Es en realidad, un recorrido por toda la Historia de la Iglesia y cómo nunca en toda la espiritualidad cristiana ha faltado que el amor a los pobres sea algo preferencial y central para la vida de los cristianos, para su vocación a la santidad y para la tarea de la misma Iglesia.

– Teniendo en cuenta este espléndido resumen que nos acabas de hacer, ¿cómo puede la Iglesia abordar la pobreza de manera integral? No sólo considerando lo que son las necesidades materiales, sino también teniendo en cuenta las espirituales y, cómo no, las emocionales?

– Yo creo que hay que tener una perspectiva, que está en el mismo título de esta exhortación, que es cuando hablamos de los pobres es que estamos hablando de algo que es algo interior a la Iglesia: el Papa escoge a la iglesia más pobre de las 7 que están al comienzo del Libro del Apocalipsis y le dice: “te amo… te amo porque eres pobre, te amo porque eres perseguida, te amo por tu fidelidad…” y la Iglesia de hoy en el siglo XXI como lo ha sido en toda su historia, pero más hoy, es una comunidad formada por pobres: en Iberoamérica, en África, en Asia… la mayor parte de los católicos son pobres, la mayor parte de las diócesis, como en la que fue obispo el propio Robert Prevost en Perú, son diócesis muy pobres, entonces la Iglesia es transformada por pobres que trabajan en favor de los pobres que practican la solidaridad con los pobres, por esa aportación de meter en la Historia de la Iglesia de meter en ese capítulo a los movimientos populares que es algo muy del Papa Francisco de reunirse con los movimientos populares cuando los propios pobres, los indígenas, los cartoneros, los campesinos se organizan para luchar por la Justicia nos da una pista muy importante, porque no solamente es lo que hacemos en favor de los pobres, sino que la mayor parte de los miembros de la Iglesia, ellos mismos son pobres, son parte de los empobrecidos de la Tierra, de los excluidos, de los más que sufren las consecuencias de las estructuras de pecado, y ellos también se les da ese mismo protagonismo que el mismo Cristo quiso porque para redimir el mundo Cristo se hizo pobre y nació en un pesebre y murió en la cruz, se identificó toda su misión a favor de los pobres aunque eso le costara ser perseguido y ese protagonismo de los pobres en el mismo servicio a los pobres es algo que queda muy destacado en este documento.

– Y al hilo de lo que lo que nos estás comentando, José Ramón, ¿cómo puede la Iglesia promover una mayor justicia en la sociedad? Porque nos estás hablando de esas diferencias con los pobres que forman la Iglesia, y obre todo teniendo muy en cuenta esa relación con los sistemas económicos y políticos que perpetúan dicha pobreza y a los que también se hace referencia en esta exhortación…

– Bueno… hay un trabajo, que es interno en la propia Iglesia, y que es en las sociedades en las que está la Iglesia Católica, que es cambiar la mentalidad. El origen de este documento en el Papa Francisco y que ahora retoma el Papa León es que el Papa percibe una gran resistencia en el interior de la comunidad cristiana de poner a los pobres en el centro, y darles la preferencia que Dios mismo les ha dado, es decir, él habla de ideología, habla de mentalidad, habla de una espiritualidad que sólo piensa en uno mismo, mira a los pobres por encima, entonces hay un cambio de mentalidad en los propios cristianos, una lucha contra las ideologías que no ponen a los pobres en el centro, y manipulan la fe, que necesitamos hacer dentro de la Iglesia, y en el conjunto de la sociedad habla mucho de la idea de transformar la realidad. Es decir, es necesaria la limosna, la atención inmediata que los pobres necesitan, no podemos dejarlos tirados, pero es necesario una lucha contra las estructuras que están causando su empobrecimiento.

Contra ese sistema injusto que practica el descarte, utiliza la palabra del Papa Francisco, de dejar al margen a la mayor parte de la Humanidad, y de oprimirlos, y de utilizarlos para el negocio porque no se prescinde de ellos, sino que son la mano de obra barata que se utiliza para tantos negocios, o se les explota los recursos de sus países. Entonces la acción política propia de los laicos, de transformar las instituciones en favor de una situación más justa también es algo que atañe, dice, a todo el Pueblo de Dios, a todas las comunidades cristianas, como decía Francisco en la Evangelii Gaudium no hay ninguna vocación cristiana, ninguna profesión que sea ajena a esta responsabilidad en favor de los pobres.

– Y a parte de inspirar a los cristianos a afianzar su compromiso con la fe y con el servicio a los pobres, José Ramón ¿qué impacto crees o qué se espera que tenga esta exhortación?

– Yo creo que es una llamada a la propia Iglesia para ver cómo y desde dónde se sitúa en la sociedad. Cuando habla de la ideología de los propios cristianos que margina la opción por los pobres, la preferencia por los pobres, dice que estamos pensando en un trabajo en favor de las élites, de una minoría selecta, y entonces si la Iglesia ocupa su lugar en la sociedad que es estar entre los pobres, no buscar el poder sino estar en la sociedad buscando esa transformación en favor de la justicia, eso repercute en la sociedad porque resulta que hace una sociedad más fuerte no desde las grandes instituciones de poder sino en las instituciones que desde la sociedad, de la base social se organizan junto a los movimientos populares en favor de la justicia, de la transformación, de la defensa de los derechos humanos, de la acogida de los emigrantes… y entonces eso tiene una gran repercusión: no estar en favor de las élites sino sentirse parte del pueblo y desde el pueblo hacer esta opción por luchar por transformar de la realidad.

– José Ramón, una vez más tenemos que darte las gracias por aportarnos información y por darnos luz sobre esta nueva exhortación apostólica.

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