NYERERE: “Conciencia de África”

«Desearía encender una candela y ponerla en la cumbre del monte Kilimanjaro para que ilumine hasta más allá de nuestras fronteras, dando esperanza a los que están desesperados, poniendo amor donde hay odio, y dignidad donde antes sólo había humillación»

“Por favor, Señores, no nos echen una mano, nos basta con que nos quiten el pie de encima.”

 (Julius Nyerere)

Francisco Rey Alamillo

Julius Nyerere es uno de los grandes de África. Fue un político e intelectual africano muy influyente, conocido principalmente como el primer presidente de Tanzania. Símbolo de unidad y convivencia entre religiones y de lucha por la Independencia sin derramamiento de sangre. Nyerere fue impulsor del movimiento panafricano moderno que dio forma a la independencia africana. El 14 de octubre se cumple el 25 aniversario de su muerte.

Julius Nyerere (1922 – 1999), primer presidente de Tanzania, maestro y padre de familia muy numerosa ha pasado a la historia como el padre del socialismo a la africana «el Ujamaa» (solidaridad africana basada en el espíritu de familia y la libertad religiosa), una visión del socialismo diferente a la promovida por el marxismo. Como presidente del movimiento de los Países No-alienados mantuvo una actitud independiente entre los bloques capitalista y comunista. Apodado popularmente como «Mwalimu» (maestro) condujo a su país a la independencia sin derramamiento de sangre en 1961.

Julius Nyerere nació el 13 de abril de 1922 en Buitama, al noroeste de Tanzania, a orillas del lago Victoria. Su infancia transcurrió pastoreando el ganado de su padre. Su primera escuela estaba en la misión católica de Mwisenge. A los 21 años se convirtió al catolicismo. En 1948 estudió Magisterio en la Universidad de Kampala, en Uganda. Tras impartir durante tres años clases de Historia y Biología en su país, se trasladó a Escocia para hacer un máster en Historia y Economía en la Universidad de Edimburgo. Fue el primer tanzano en estudiar en una universidad británica. A su regreso a su país, en 1951, se casó con María con la que tuvo ocho hijos. Siguió siendo maestro, de ahí el apodo de Mwalimu, maestro en suajili.

Influido por el líder de la independencia de la India, Mahatma Gandhi, Nyerere predicó una protesta no violenta para lograr este objetivo. En este tiempo también fundó un partido político, la Unión Nacional Africana de Tanganica (TANU). El 9 de diciembre de 1961 fue elegido primer ministro tras la independencia de Tanganika. En 1964, ya elegido presidente con más del 99 % de los votos, unificó Tanganika y Zanzíbar, formando la República Unida de Tanzania, «Tan» por Tanganika y «Zania», por Zanzibar.   En 1967, Nyerere emitió la Declaración de Arusha, que esbozó su visión de la Ujamaa. Los bancos y otras grandes industrias y empresas fueron nacionalizados.  En un folleto político publicado en marzo de 1967 como “Educación para Autosuficiencia”, Neyrere explicaba los valores y objetivos de la sociedad que visualizó de la siguiente manera: “queremos crear una sociedad socialista que se base en tres principios: la igualdad y el respeto a la dignidad humana; compartir los recursos que son producidos por nuestros esfuerzos comunitarios; trabajo de todos y explotación de ninguno”. La educación y la salud se expandieron significativamente. «La educación no es una forma de escapar de la pobreza, es una forma de luchar contra ella”, decía. Y afirmaba sobre el desarrollo: «En Tanzania, decimos que sólo los peces muertos nadan con la corriente». “La pobreza no es el verdadero problema de los países modernos. Es el temor a la pobreza y la adoración a la riqueza.» Y sobre la democracia defendía que “no es un carro de los que se tiran de una palanca para ponerlos en marcha. Es un proceso, un estilo de vida. Es necesario vivirla día a día. No puede improvisarse. Debe aprenderse.»

En Tanzania se hizo un énfasis renovado en el desarrollo agrícola mediante la formación de granjas comunales.  A diferencia de muchos de sus vecinos, Tanzania se mantuvo estable y unificada en las décadas posteriores a la independencia. A nivel exterior, su gobierno proporcionó capacitación y ayuda a los grupos anticolonialistas que luchaban contra los gobiernos de apartheid, de la minoría blanca en Rodesia y Sudáfrica. Reivindica la unidad africana: «Sin unidad, los pueblos de África no tienen futuro, excepto como víctimas perpetuas y débiles del imperialismo y la explotación».

Nyerere pronunció fuertes discursos denunciando las pretensiones de los países enriquecidos de crear un marco legal para perpetuar la explotación y la dependencia de los países del Sur.  Sus críticas tenían varios puntos centrales como la deuda externa, la exigencia del mercado libre a los países africanos mientras los países occidentales protegían sus mercados internos, el uso de la ayuda externa como chantaje político… Pero el trasfondo de la denuncia de Nyerere era un ataque directo a las causas del empobrecimiento de África y no a sus efectos:

“La pobreza no es el verdadero problema del mundo moderno. Hoy tenemos el conocimiento y los recursos que podrían permitir acabar con la pobreza. El verdadero problema; lo que provoca la miseria, las guerras, y el odio entre los hombres, es la división de la humanidad en ricos y pobres. Hay unas pocas naciones ricas que dominan económicamente; y por lo tanto también políticamente, el mundo entero. Y el destino de la gran mayoría de naciones pobres parecer ser el estar dominados.

Pero la gravedad de esta situación no es simplemente que mientras la gran mayoría pasa hambre y no tiene ni ropa, ni hogar, en los países ricos la gente tiene más alimentos de los que pueden llegar a comer, más ropa de la que pueden usar o más viviendas de las que necesitan para vivir. Lo verdaderamente importante no es que unos tienen los recursos para ofrecer comodidad a todos sus ciudadanos, y los otros no llegan ni a los servicios básicos. Lo profundamente grave de esta situación es que las naciones ricas tienen poder sobre las vidas de aquellos que son pobres. Así que las naciones ricas se hacen más ricas y más poderosas, mientras que los pobres se empobrecen cada vez más y son menos capaces de controlar su propio futuro.”

Esta radicalidad a la hora de plantear las causas del empobrecimiento de África no se quedaba solo en palabras. En una ocasión, siendo Nyerere todavía presidente de Tanzania, llegó una delegación de diplomáticos escandinavos para donar una muy importante cantidad de dinero que pudiese ayudar a los más pobres de Tanzania. Nyerere fue cordial, como siempre, pero tajante a la hora de darles la bienvenida: “Excelencias, no lo tomen como un desaire, pero ¿por qué no emplean ese dinero en formar a sus jóvenes sobre la auténtica realidad de África y lo que las potencias coloniales hicieron con nuestros pueblos y nuestras riquezas? Por favor, Señores, no nos echen una mano, nos basta con que nos quiten el pie de encima.”

Tras el colonialismo del siglo XIX, los países enriquecidos no renunciaron al dominio sobre África. Simplemente se cambiaron a una estrategia más sutil encubierta en un dominio económico. Nyerere conocía y dominaba las nuevas estrategias del imperialismo que siempre escondían sus planes de dominio bajo un envoltorio de paternalismo y buenas intenciones. Así denunció el peligro de la ayuda exterior, el falso, lenguaje de frases como «buen gobierno», «democracia», «libre mercado» o «ayuda exterior» siempre eran entendidas desde la óptica de los países enriquecidos y para su beneficio. «Ellos andan mientras nosotros tenemos que correr» solía decir al respecto.

Nyerere es símbolo de la unidad y ejemplo de convivencia entre religiones y etnias. En un país predominantemente musulmán, permaneció siendo un cristiano convencido y practicante hasta el final de sus días. Cosechó importantes logros sociales en educación y sanidad (el 80% de la población estaba alfabetizada y tenía acceso directo a los servicios sanitarios). Fue el primer gobernante postcolonial que renunció al poder voluntariamente en 1985 por no querer someterse a los dictados del Fondo Monetario Internacional: «No he podido cumplir la misión que me había fijado: terminar con la pobreza, el hambre, la enfermedad; sólo la ignorancia ha sido vencida. Yo no puedo continuar dirigiendo un país que está obligado a mendigar su comida».

Nelson Mandela relata en su autobiografía su encuentro con el presidente de Tanzania en marzo de 1990. «Llegamos a Dar es Salaam… y conocí a Julius Nyerere, el primer presidente del país después de la independencia», escribió Mandela en Un largo camino hacia la libertad. “Hablamos en su casa, que no era nada grandiosa, y recuerdo que él mismo conducía un auto muy sencillo, un pequeño Austin. Esto me impresionó, porque sugería que era un hombre del pueblo.”

Nyerere vivió austeramente y predicó con el ejemplo. Al dejar el cargo volvió a su casa con una bicicleta y un viejo tractor. Ha sido inspirador del panafricanismo, y luchador contra el apartheid y por la Paz. Fue un fuerte defensor de la unidad africana y la cooperación entre naciones africanas. Creía firmemente en el poder de la educación para el desarrollo nacional y la emancipación individual. Concedió especial importancia a la educación en su filosofía de la liberación, no sólo de la ocupación colonial sino también de la dependencia económica y cultural.  Fue uno de los creadores de la Organización para la Unidad Africana (OUA), hoy Unión Africana. En 1996 se creó la Fundación Mwalimu Nyerere con el fin de promover la paz, la unidad y el desarrollo centrado en el pueblo a través de África y del mundo. En 1998, la OUA le pidió actuar como mediador en el proceso de paz del conflicto de Burundi.

Los resultados de la experiencia socialista a la africana de Nyerere fueron expuestos por él mismo y resumidos en algunos datos muy simples: «Heredamos un país con el 85% de la población adulta en estado de analfabetismo. Los ingleses nos gobernaron durante 43 años. Cuando se fueron, había 2 ingenieros y 12 médicos. Cuando renuncié (en 1985), el 91% de la población estaba alfabetizada y casi todos los niños asistían a la escuela. Formamos miles de ingenieros, médicos y profesores. En 1988, la renta per cápita de Tanzania era de 280 dólares. En 1998, disminuyó a 140 dólares. Pregunté a la Banca Mundial: ¿cómo pudieron fracasar? En los últimos diez años (de 1988 a 1998), Tanzania firmó todo lo que exigían el FMI y la Banca Mundial…».

Impidieron el desarrollo de Tanzania las enormes presiones internacionales sobre su política económica. En 1985, Nyerere decidió renunciar al poder antes que someterse a los dictados del FMI y del Banco Mundial:

“No he podido cumplir la misión que me había fijado: terminar con la pobreza, el hambre y la enfermedad; solo la ignorancia ha sido vencida. Yo no puedo continuar dirigiendo un país que está obligado a mendigar su comida”

Falleció el 14 de octubre de 1999, en Londres, a los 77 años. A su entierro acudieron 15 jefes de Estado y cientos de altos representantes.  Su vida fue una encarnación continua de su fe, siendo el rostro de un cristiano eficaz comprometido desde su opción preferencial por los oprimidos.  Nyerere afirmaba: “Jesucristo quiere que las personas puedan vivir juntas y desarrollarse con dignidad y libertad, recibiendo plenamente los beneficios de sus esfuerzos cooperativos. El único camino es nuestro socialismo”. Y afirmó en 1974: “la Iglesia debe obvia y abiertamente luchar contra la existencia y el mantenimiento de los barrios marginales físicos y espirituales y debe trabajar con la gente para construir un futuro basado en la justicia social… sólo así la iglesia puede esperar reducir el odio y promover su doctrina de amor a todos los hombres… el amor expresado en la acción contra el mal”. El católico Nyerere condenaba a los gobiernos que oficializaban el ateísmo, que perseguían a los creyentes de cualquier religión y que frenaban la enseñanza de la religión. «Nunca he considerado a los soviéticos como verdaderos socialistas –afirmaba. En Tanzania hemos afirmado claramente: no hay socialismo sin libertad».

El Consejo Mundial de Iglesias, el 15 de octubre de 1999, señaló que: “Julius Nyerere vivió una vida sencilla en armonía con su mensaje y los valores de verdad y justicia a la que se refería. Incorruptible y plenamente responsable, su vida y obra son un ejemplo de integridad que desafió a su país y a su pueblo, el resto de África y del mundo. En muchos sentidos, Nyerere fue la conciencia de África”. Neyrere tuvo una vida y obra centrada en Cristo en medio de la pobreza, la desigualdad, la miseria y los sueños de los pueblos oprimidos. El cardenal Polycarp Pengo aseguró, en la homilía de su funeral de Estado, que “fue hijo de la Iglesia y tendrá su lugar en el Paraíso”. En el año 2005 la Iglesia Católica inició los trámites para su futura beatificación y canonización.  El 13 de mayo de 2006 fue nombrado siervo de Dios por el papa Benedicto XVI. Su fiesta se celebra cada año el 14 de octubre. El Papa Francisco el 1 de junio de 2023 en un discurso sobre el Pacto Educativo Africano, dirigido a los miembros de la “Fondation Internationale Religions et sociétés”   decía:  “Podéis inspiraros también en otro gran estadista, el siervo de Dios Julius Nyerere, llamado “maestro”, que supo dar vida a políticas educativas para el crecimiento de todos sus connacionales, independientemente de las condiciones económicas o sociales. Estaba sostenido por su fe católica y afirmaba que sin la celebración eucarística habría sido imposible para él cumplir su trabajo.”

Neyrere luchó por la igualdad fundamental de todos los seres humanos y su oposición a todas las formas de opresión como refleja este pensamiento suyo que encarnó en su vida: “Condenamos la discriminación racial porque consideramos que es injusta y moralmente incorrecta tratar a un hombre como inferior por motivos de color, como condenamos el colonialismo y otras formas de dominación de un grupo por otro porque consideramos que es injusto y moralmente incorrecto que un hombre explote y domine a otro.»

Entre las frases memorables de Nyerere destacamos esta cita que refleja la esencia de la filosofía de Ujamaa y que enfatizaba la importancia de la comunidad en la sociedad africana (Ubuntu). «En África, el individuo y la comunidad están estrechamente vinculados. El individuo solo puede decir: ‘Yo soy porque nosotros somos; y como nosotros somos, por lo tanto, yo soy’.» Refleja su creencia en un tipo de socialismo africano que se basa en los valores tradicionales de cooperación, responsabilidad mutua y solidaridad.

Libros recomendados:

J.K. Nyerere , “Socialismo, democracia y unidad” .Editorial Zero-ZYX

Juan Sabín, “Nyerere Ujamaa. El socialismo africano” Edicciones Voz de los sin Voz.

Neyrere con Luther King

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