Nos hacemos eco del comunicado del Movimiento Cultural Cristiano
Fuente: solidaridad.net
“Todavía hay millones de niños y niñas que sufren y viven en condiciones muy parecidas a la esclavitud. No son números: son seres humanos con un nombre, con un rostro propio, con una identidad que Dios les ha dado. Demasiadas veces olvidamos nuestra responsabilidad y cerramos los ojos ante la explotación de estos niños que no tienen derecho ni a jugar, ni a estudiar, ni a soñar. Ni siquiera tienen el calor de una familia. ¡Cada niño marginado, abandonado por su familia, sin escolarización, sin atención médica, es un grito! Un grito que se eleva a Dios y acusa al sistema que los adultos hemos construido. Un niño abandonado es culpa nuestra” (Papa Francisco)
La terrible existencia de más de 400 millones de niños esclavos hoy en el mundo es un crimen genocida que nos acusa a toda una civilización, y que la Historia, como lo ha hecho siempre ante lo inhumano, algún día juzgará.
Creyendo algunos que viven en el mejor de los mundos posibles, produce pavor alzar la mirada y contemplar a toda una inmensa multitud de millones de niños que deambulan por este mundo condenados a ser esclavos, es decir, a ser propiedad de otros.
Vivimos en un mundo en el que la infancia constituye un tránsito por años de desolación y muerte en vida: niños abandonados sin hogar, niños prostituidos, niños soldados, niños desechados en las minas, niños huérfanos en campos de refugiados, niños esclavizados en fábricas de muerte, … y un largo etcétera en el que incluimos un reguero inimaginable de sufrimientos.
Las tendencias globales indican, por primera vez en dos décadas, un aumento muy significativo en el número de niños esclavos. La falta de reducción de la desigualdad económica dentro y entre los países conduce a un aumento del desempleo de adultos, lo que agranda directamente el riesgo de abuso, trata y explotación sexual de los niños.
Cada niño esclavo, único e irrepetible, es consecuencia de algún lucrativo negocio, que forma parte de una economía que asesina sin escrúpulos. Un capitalismo basado en la explotación del hombre por el hombre, en la guerra a muerte del poderoso frente al débil. Esos negocios con los niños se pueden y se deben nombrar: Guerra y armamentismo, turismo sexual y cibersexo, prostitución infantil, comercio de recursos naturales y energéticos, especulación de alimentos, comercio de órganos, venta de ropa barata online, etc.
La relatora especial de la ONU, en un informe sobre la venta y la explotación sexual de niños, incluida la prostitución y la pornografía infantiles, estimaba que, a finales de 2022, principalmente debido a la pandemia, el número de niños obligados a estas esclavitudes aumentaría en 8,9 millones. Los matrimonios infantiles tempranos se han vuelto más frecuentes en todo el mundo, la trata de niños y la explotación sexual de menores, con el soporte de Internet, han aumentado. Las principales víctimas de tales crímenes son los niños sin hogar, los refugiados, los migrantes y las familias empobrecidas.
A estos niños también los encontramos en otros muchos negocios económicos:
- Están zurciendo las etiquetas de las camisas Made in América y fabricando calcetines en importantes cadenas textiles en Alabama.
- Hornean los panecillos, procesan la leche que se usa en los helados y ayudan a deshuesar el pollo que se vende en franquicias de comida rápida, en las grandes cadenas de distribución alimentaria.
- En Míchigan, menores centroamericanos fabrican piezas de automóviles para las dos principales marcas de coches de los EEUU.
Cada niño esclavo, único e irrepetible, es consecuencia de la complicidad letal de unos organismos internacionales, como la ONU, la UNICEF, la OIT, … que nacieron formalmente para salvaguardar sus derechos. Todos ellos, tratando de lavar la cara y maquillar a los responsables directos de esta esclavitud, se han convertido en los mayores legitimadores de esta injusticia. Ningún organismo internacional, ni la agenda 2030 de la ONU, han llevado a cabo ninguna medida que realmente esté encaminada a erradicar de forma eficaz esta criminal realidad. Hemos de ser conscientes que ya no son los Estados sino las grandes empresas las que financian principalmente estos organismos internacionales.
Cada niño esclavo, único e irrepetible, es consecuencia también de la inacción política, del silencio cómplice de los que se aprovechan de las ventajas consumistas que procura su infierno en vida. Si se tratara de una guerra contra los intereses de las grandes potencias ya nos habríamos enterado del arsenal de medidas que se podrían tomar tanto en la Unión Europea, como en los EEUU, en Rusia o China.
Cada niño esclavo, único e irrepetible, es consecuencia también de nuestra indiferencia y de nuestra “buena conciencia”, sometida a la esclavitud del consumismo, del hedonismo y de una ignorancia que no se puede ya justificar en una sociedad dónde podemos acceder, al instante, a la información de todas estas atrocidades contra los niños.
Si toda esclavitud humana es fruto de una injusticia, la esclavitud infantil es, definitivamente, un síntoma de que se está perdiendo la conciencia moral de toda una civilización.
Y por todas estas causas, la esclavitud infantil ha sido y es una injusticia a la que nadie le interesa poner fin. ¿Seremos capaces de seguir permitiendo esta barbarie? Nosotros no nos resignamos frente a ella. Y sabemos que muchos de los que nos escucháis tampoco.
Te invitamos a defender en la plaza pública, las vidas de todos los niños esclavizados, de los niños que son descartados en una economía que mata. No aceptamos de ninguna manera que tenga más protección hoy cualquier animal que un ser humano desde su misma concepción.
El Movimiento Cultural Cristiano ha denunciado esto mismo desde hace 28 años, cuando nos empeñamos en declarar el 16 de abril Día Internacional contra la Esclavitud Infantil, sin que nadie entonces lo defendiera. Desde esta campaña solidaria seguiremos denunciando las causas de uno de los mayores crímenes que se producen hoy en el mundo, hasta que no quede un sólo niño esclavo.
Más información sobre las marchas y concentraciones en su web solidaridad.net