Marcha solidaria. Etapa final a los pies del Cristo de Medinaceli.

Compartimos las palabras del obispo auxiliar de Madrid José Cobo en la marcha solidaria «Compartiendo el viaje con migrantes y refugiados» realizada el sábado 28 de septiembre en Madrid, con motivo de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado


Estamos ante la Imagen de Jesús de Medinaceli.

Una imagen peregrina que es reflejo de la vida de nuestra gente y nuestro mundo. Y es que Cristo siempre acoge y se encarna en la vida de sus hermanos.
Hoy la imagen de Cristo es espejo donde podemos ver a tantos hombres y mujeres que han recorrido ese mismo camino. Esta imagen vino desde el Norte de África, rescatada de profanaciones y desechos. Fue traída desde Marruecos, pasó por Tetuán, de allí a Ceuta, y por Gibraltar a Sevilla, hasta llegar a Madrid en el verano de 1682,

Veneramos a Cristo rescatado y aquí le presentamos a quienes necesitan rescate.

Aquellos que están esperando a salir de otros países huyendo de infamias, de mutilaciones. Este camino es el de Cristo y Cristo se hace carne en quien pasa por ahí.

Veneramos a Cristo rescatado. El tenía precio. Esta talla fue comprada según era su peso en monedas. Como en la pasión.

Al caminar hoy por el corazón de Madrid queremos aprender a reconocer a Cristo en tantos que son comprados por unas monedas: las de los mercados, las de las mafias, las de los que usan sus países como lugares de expropiación de materias primas o como basureros de residuos de nuestras economías.

Aún para muchos, las personas y los problemas solo valen si igualan su peso en su coste, o lo que nos cuesta a nosotros pagar. Para muchos solo hay rescate si compensa económicamente.

Veneramos a Cristo rescatado que ha peregrinado desde Ceuta como otros lo hacen del África subsahariana o de Siria o de América latina. Veneramos su camino hasta el corazón de Madrid. Un viaje como el que hacen muchos seres humanos. Agradecemos a quienes lo liberaron y a quienes hoy hacen de puentes, hospitalidad y justicia para tantos. Aunque nos llamen tontos, o, aunque tengamos que trabajar por desbloquear del miedo a nuestros vecinos. La mirada vulnerable de Cristo seguro nos ayuda.

Caminar nos ha visibilizado

y también nos ha recordado que este camino se recorre juntos por la senda que Cristo ha abierto.

Caminamos con la senda que ha abierto Cristo y con Pedro, con el papa Francisco a la cabeza. No queremos las sendas que llevan a construir muros o las que no rescatan, o se desentienden de los que aún esperan ser rescatados de tantas tragedias.

La Iglesia con este Cristo que ha atravesado fronteras, no reconoce los muros que matan a las personas y que aíslan a otros en una injusta seguridad, mientras condenan a muerte a los que padecen las consecuencias del tipo de vida que llevamos.

La iglesia es puente porque no somos una Iglesia en esta parte del muro y otra Iglesia en otra parte. Es la única Iglesia que camina aquí y allí con Cristo humillado a la cabeza aquí y allí.

Hoy Señor te damos gracias porque sigues enseñándonos el secreto de la vida en medio de un mundo que le cuesta verlo.

Gracias por enseñarnos a mirar

Tu Cristo, te pones delante, nos miras y respondes con tu semblante enseñándonos a mirar como tu mira.

Si miramos como tú, de repente el migrante, como dice el Papa no es solo migrante. No es un problema. No es una amenaza. No es algo para que otros hagan. Es

Cristo que llama a las puertas de la vieja Europa y viene esperando ser rescatado de tantas profanaciones que se hacen en las personas, las que rechazamos o descartamos porque no queremos mirarlas.

Ante Cristo rescatado solo podemos decir a quien tenga dudas que mire por los ojos de este rescatado, que ha pasado por ahí.

Que se acerquen a los centros de acogida y recojan las lagrimas y las historias de los que llegan o los que se quedan en el camino.

Cuando algunos hablan de invasión, de ocupación, de ser esclavos de invasión de masas, Cristo tu nos miras y nos hablas de Jony, de Clara, y su familia, de Mullah o de Raquel, de tantos que son víctimas de mafias y de intereses de mercados. No son solo migrantes.

El hecho es que muchos que suelen estar siempre al servicio del poder, nos han cerrado los ojos para que en los caminos de la emigración no veamos a cada historia, no veamos sus sufrimientos, no nos afecte su vulnerabilidad, olvidemos del todo sus días de hambre y no nos importunen las heridas abiertas en sus cuerpos y en su espíritu.

Muchos se obstinan en que veamos no a una humanidad necesitada de justicia y de futuro, sino que se empeñan en ver con otros ojos que solo ven a irregulares, a ilegales, a indocumentados, a posibles terroristas.

Con tus ojos Cristo No queremos que nuestro mundo rechace al diferente y no sea capaz de asimilar el reto de la multiculturalidad.

Gracias por tu mirada que nos llama a cambiar el corazón. Necesitamos personas y comunidades que trabaja en por concienciar a nuestro mundo y eliminar el miedo que da la llegada de los que viene huyendo. Vosotros podéis de llamada a la conversión.

Gracias por los que rescatan a Cristo.

Gracias por quienes hacen de la hospitalidad una escalera que llega a Dios.

Y recordáis con Cristo que la Hospitalidad es sagrada.

Conectáis el cielo y la tierra.

Nos dice la carta a los hebreos que por la hospitalidad muchos hospedan a ángeles. Si. Por la hospitalidad llamaremos a nuestra Iglesia y a nuestro mundo a la conversión.

Será una ocasión para cambiar el corazón y situarnos de otra manera en nuestro mundo.

Os animamos a continuar trabajando por crear lugares de hospitalidad desde la acogida a Cristo.

Y Gracias por los que dais pasos concretos

Pasos que rescatan a Cristo creando centros de formación de menores sin tutelar, albergues y propuestas de acogida a familias que permitan convivir en paz

Si pedimos a los inmigrantes que entren ordenadamente y con regularidad, hemos de organizar la acogida legalmente. Si cerramos puertas otros arbitran puertas traseras de la injusticia y que engordan nuestro sistema de vida donde queremos globalizar todo menos la responsabilidad.

Necesitamos un plan integral de acogida a todos los niveles desde el europeo al nacional. Un Plan que desarrolle los pactos globales que impulsa la iglesia y que como conocéis fluyen en torno a las acciones de acoger. proteger. Promover e integrar.

Necesitamos caminar abriendo espacios, como estamos haciendo en parroquias en Madrid, creando redes y sembrando una nueva conciencia que disipe miedos y ponga alma.

Necesitamos algunos espacios más que sigan haciendo la primera a cogida y una red de educación a los menores, de integración a las familias que llegan a una Europa envejecida y en un hondo invierno demográfico.

Queda mucho por caminar.

La tarea es dura, Por eso también aquí se nos pide seguir adelante en pobreza y fragilidad.

Este Cristo ha pasado por ahí.

Gracias hermanos por caminar juntos

Gracias a los que compartís viaje.

Y gracias a cada migrante que, como Cristo, llamáis a esta sociedad y nos ayudáis a convertirnos de nuestras comodidades.

Y nos ayudáis a abrir el corazón.

Y a aprender que acogiendo es como se abre el corazón.

Cristo triunfó. Rescatado está en el corazón de Madrid.

Con el triunfará el recate, a la humanidad y la fe.

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