Este fin de semana se ha celebrado un curso sobre Salud Mental y Jóvenes. En él se han desgranado tres temas, la violencia, el suicidio y la ansiedad. Y a las setenta personas que se han juntado en la Casa Emaús para asistir al curso les han acompañado tres ponentes: Mariah Oliver, Alfonso Salgado y Alberto Ortiz.
Mariah Oliver es la mujer que fue líder de las Latin Queen y que, tras un interesante proceso personal relatado en su libro “Latin Queen: ascenso caída y renacer desde el corazón de una banda”, en la actualidad se dedica a trabajar para la prevención de la violencia en jóvenes.
Explicó la dinámica histórica internacional y la reciente evolución de las bandas latinas en nuestro país: muchachos desarraigados que se agrupan por identidades. Todos en la misma ciudad del mismo país que se agrupan para protegerse frente a racismo, precariedad… y van adquiriendo una identidad distintiva por encima de la nacionalidad que acaba dotando a su vida de un significado claro.
Alfonso Salgado profundizó en la realidad del sucidio. Desde una mirada a la realidad de una plaga creciente en nuestra sociedad mostró los mitos que ha rodeado al suicidio y dibujó la necesidad de acompañar a las personas con ideas suicidas sin retirarse ante la angustia que experimentan, ni querer mitigarla inmiediatamente.
Alberto Ortiz explicó la creciente medicalización del sufrimiento y cómo se ha convertido a los “psi” (psiquiatras, psicólogos…) en los nuevos sabios que deben aliviar con intervención farmacológica o psicoterapéutica cualquier malestar emocional. Esta dinámica individualiza problemas que pueden tener su origen en dinámicas sociales, empodera a la clase “psi” y hace más vulnerable a la población que precisa de los nuevos sabios para guiar su vida.
Tres personas tan diferentes, con tres perspectivas tan distintas y tres trayectorias tan diversas han hecho su aportación para que en diálogo con los asistentes podamos concluir la necesidad de trabajar la vinculación en medio de una sociedad que tiende a la desvinculación, hemos concluido la importancia de devolver el protagonismo sobre su vida a las personas que sufren un malestar emocional o psicológico, de acrecentar el protagonismo de la sociedad.
Queremos seguir trabajando en este tema con el deseo de servir a nuestra sociedad y a la juventud. Y para ello, del 26 al 28 de julio volveremos a encontrarnos en la Casa Emaús. Con más vida entre las manos, con más trabajo por delante, con más cabeza para pensar juntos.