Ana Sánchez
No es una tarea sencilla asomarse a una época remota y que a la mayoría de la gente nos resulta prácticamente desconocida, pero facilita mucho las cosas que se nos presente a los protagonistas como unas personas cercanas, muy semejantes a nosotros, a nuestros amigos, parientes, vecinos, compañeros de trabajo…
En el libro los autores nos acercan de esta manera no sólo a las figuras de Paula y Ciriaco que, al menos en Málaga, pueden ser un poco más conocidos, sino que lo hacen con todos los que les rodean y los que hacen de ellos lo que fueron. Más bien habría que decir que hacen de ellos lo que son, porque siguen presentes hoy y aquí (leas cuando leas esto y lo leas donde lo leas). Y es que con esta novela queda patente que cada uno somos lo que somos en virtud de los que nos rodean y todos juntos vamos haciendo avanzar la historia, desde abajo, en esa cotidianidad que se va desgranando en la novela.
Los dos protagonistas lo son por su entrega y fidelidad, pero éstas no son mejores en el resto de las personas que les rodean y es lógico que así sea. Ciriaco no sería lo que vemos en él si no reflejara en sus actos la integridad de sus padres, y Paula no se desarrollaría de la misma manera sin la determinación de su madre, la amistad de sus compañeros o la complicidad de sus amigos.
Desde luego que los autores dejan traslucir a lo largo de todo el relato su amor a la historia de los más pobres y marginados.
Te dejamos el enlace de la web del libro: https://elpezdebarro.es





