Pablo Muñoz y Francisco Rey
“¡No compréis la sangre de los niños!”. Este fue el grito de Iqbal Masih en su lucha internacional contra la esclavitud infantil. Fue asesinado a los 12 años por la mafia tapicera de Paquistán el 16 de Abril de 1995, día mundial contra la esclavitud infantil, en su memoria. Como miles de niños en su país fue vendido como esclavo para trabajar en las fábricas de alfombras. A los 10 años su vida cambió radicalmente al conocer a Ehsan Ullah Khan, fundador del Frente de Liberación del Trabajo Forzado en Paquistán. Ehsan, que ha visitado en varias ocasiones nuestra ciudad y que estará de nuevo con nosotros este año 2022, merece ser candidato a premio nobel de la Paz. Ha conseguido sacar de la esclavitud a más de un millón de trabajadores de la industria del ladrillo en Pakistán, en su mayoría niños cristianos como Iqbal Masih.
Según las cifras conservadoras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que en el mundo hay unos 215 millones de niños víctimas de la explotación infantil. El Papa Francisco el día contra la esclavitud infantil, dijo: “¡Liberemos a los niños de todas las formas de explotación! «. “Esta gente, en vez de dejarlos jugar, los hace esclavos, es una plaga”. “En este mundo, que ha desarrollado las tecnologías más sofisticadas, hay todavía por desgracia tantos niños en condiciones inhumanas, explotados, maltratados, esclavizados, prófugos. De todo esto nos avergonzamos hoy delante de Dios.”
Uno de los productos producidos habitualmente con mano de obra infantil es el balón. Posiblemente el balón que tienes en tus manos o con el que juegan tus hijos y nietos y sus amigos primero pasó por manos paquistaníes. Este país es el principal proveedor de este artículo en todo el mundo. Los Cristiano Ronaldo, Neymar, Mbappé, Messi y compañía harán las maravillas de todos los aficionados con estos balones fabricados allí, al tiempo que logran pingües beneficios publicitarios, seguramente ajenos a cómo y dónde se comienzan a fabricar los sueños de muchos futbolistas.
El próximo otoño se celebrará el mundial de fútbol de Qatar en el que un elemento central será el balón oficial que la FIFA presenta con todo detalle cada 4 años. El diario The Guardian ha denunciado la muerte de unos 6500 trabajadores inmigrantes en la construcción de todo lo relacionado con este evento llamado a situarse en el centro de atención de medio mundo. Los trabajadores están obligados a trabajar hasta 18 horas al día, 7 días por semana en condiciones inhumanas de temperatura, alojamiento y vulneración de derechos laborales básicos. Son numerosas las denuncias de este tipo y algunas provienen de futbolistas o incluso selecciones de fútbol como la noruega.
No podemos mirar hacia otro lado. Denunciemos este sistema económico sostenido en la esclavitud de los niños y la explotación del cual el mundial de Qatar es un gran exponente. Alcemos nuestra voz. Exijamos juego limpio. No seamos cómplices de un mundial creado con la sangre y la esclavitud de miles de trabajadores pobres y de sus hijos.