Hemos participado en está jornada con organizada por el área de Responsabilidad Social Universitaria, que tuvo dos momentos a la hora de abordar el problema del despilfarro alimentario, bajo el título de «¡Ah! Pero… ¿lo vas a tirar?«
Comenzó hablando José Mª Santos sobre el sinsentido del despilfarro alimentario y cómo es algo que va de la mano con el drama del hambre: hoy se producen alimentos para 12.000 millones de personas y a la vez 4.000 millones de personas están mal alimentadas (por desnutrición o mala alimentación) Cada día mueren 40.000 personas por hambre y 100.000 por causas derivadas de ella.
Esto es debido, en gran parte, a que la alimentación se ha convertido, cada vez más, en un negocio y se maneja como tal, no como un derecho fundamental ¿Podemos vivir sin comer? El problema no es tanto que lo que tiremos en nuestras casas piedad servir para alimentar a otros como que nuestra «necesidad» de consumo nos lleva a robar tierras o agua de otros países para nuestras apetencias… ¡Les deja sin recursos!
Evidentemente, ante esto, podemos (y debemos) hacer muchas cosas a nivel personal, social, institucional…. Desde hacer concienciación propia y de los cercanos, valorar los productos frescos y de proximidad (también las frutas feas), presionar a nuestros políticos,… En este sentido, ahora tenemos abierta una puerta con la oportunidad de luchar por una #LeySinDesperdicio (recordamos que sigue abierta la recogida de firmas y el trámite parlamentario para la aprobación de la ley: vamos a presionar a los políticos para conseguir una ley que sea verdaderamente de prevención del desperdicio.
En un segundo momento, comenzó una mesa redonda con diversas experiencias sobre el tema:
Pilar nos presentó el proyecto ReAlimenta Valladolid: una forma de redistribuir los alimentos desde la cercanía del barrio: los que sobran en algunos sitios (comedores públicos, tiendas, vecinos…) hay que hacerlos llegar a aquellos que lo necesitan.
Desde su experiencia en Ecogermen, Guadalupe nos contó cómo comenzó siendo un grupo de consumo y fue evolucionando hacia una cooperativa que gestiona una tienda de cara al público y también crea puestos de trabajo. Pero, como cualquier tienda, tiene que gestionar el desperdicio de alimentos y se trata de atajar.
El desperdicio de alimentos también es un punto fundamental en la estrategia alimentaria de Valladolid de la que nos habla Verónica. Una de sus patas fundamentales también es el despilfarro, previniendo desde la producción y apoyando desde la distribución y elaboración, con el ecomercado, centro de acopio, obrador,…
Vamos a ello, desde lo cercano a lo global. No, no somos pequeños para ello.