Marta Sanz Buezo
Gonzalo y sus compañeros no necesitaron debates sesudos sobre la importancia de intregar el Propósito en su organización. Tenía y tienen grabado a fuego la urgencia de trabajar por el bien común de todos sus congéneres y del planeta. Creo que Francisco, en #FratelliTutti, habla de Gonzalo y sus compañeros cuando afirma que «los últimos en general «practican esa solidaridad tan especial que existe entre los que sufren, entre los pobres, y que nuestra civilización parece haber olvidado, o al menos tiene muchas ganas de olvidar. Solidaridad es una palabra que no cae bien siempre … que expresa mucho más que algunos actos de generosidad esporádicos. Es pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos. También es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, de tierra y de vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales».
Aquellos que vibramos con la sostenibilidad, el medio ambiente, la naturaleza, la responsabilidad social, deberíamos mirarnos más en mujeres y hombres como Gonzalo Cardona, Berta Cáceres, Angélica Ortiz y menos en Obamas, Von der Leyen y otros tantos de la élite. La solidaridad que practican los empobrecidos no necesita de planes estratégicos, metas, ciclos PDCA, DAFOS, ni matrices de materialidad. Necesita manos llenas de coherencia, de vida entregada por la comunidad, de humor, amor y dinamismo.
La solidaridad, entendida en su sentido más hondo, es un modo de hacer historia.
No. No vamos a dejar que sus muertes sean una estadística. Hoy quiero hacer un homenaje a personas como Gonzalo Cardona y a organizaciones que entregan su vida dia a día, a veces hasta la última gota, haciendo Historia en defensa de nuestra Madre Tierra y todos los que la habitamos.