Murcia y los incendios con hijos de migrantes

Autor: Eugenio Rodríguez

¿No les llama la atención que los que cuentan los avatares de los incendios de Murcia sean latinos?

¿Acaso al fin y al cabo los latinos prefieren divertirse con latinos?  ¿Sería esto un fracaso de la traída y llevada integración?

Desde mi punto de vista aquí se pone de manifiesto lo que una minoría de personas de hondo deseo solidario venimos percibiendo: la inmigración es un robo. Un robo de personas a otros pueblos.

Cierto que puede parecer un progreso salir de un país pobre, cierto que puede parecer una huida del hambre y serlo en cierto modo. Pero la realidad más real es que las migraciones son, sobre todo, una demanda del entramado económico de países globalmente ricos aunque internamente profundamente desiguales. Un médico etíope puede que gane algo en Estados Unidos, pero Etiopía pierde y hasta la madre del médico etíope pierde.

Los migrantes son traídos. En realidad como alguien dijo «los esclavos vienen solos». ¿Por qué se les hace venir? A mi juicio, y en línea con el análisis de Marx, y de tantos como  Steinbeck en Las uvas de la ira, simplemente para controlar (bajar) los salarios de los peores empleos de los países avanzados: recogida agrícola, cuidados, limpieza etc.

Aquí son más explotados que los lugareños habitualmente condenados al paro o limosnas más o menos aparentes.

Los que vienen, casi como esclavos, adquieren algunas mejoras, especialmente para sus hijos: mejor educación, mejor sanidad etc

Entre las mejoras no podían dejar de incluirse los entretenimientos y las fiestas. Algún que otro festejo, algún buffet libre, alguna salida vacacional.

Ese es el lugar de las fiestas latinas en macrodiscotecas sin condiciones adecuadas. Por eso la vigilancia sobre ellas es la que es. No pocos moralistas aceptaron la prostitución con el argumento de que la sociedad necesita cloacas.

El emigrante como cualquier trabajador necesita fiesta, pero también necesita (y más) sindicatos y otras instituciones de carácter laboral. Los sindicatos mayoritarios no han dicho mucho. No es extraño, hace tiempo cambiaron las barricadas por las mariscadas.

¿Que harán las múltiples asociaciones solidarias con los migrantes? ¿Y los migrantes? ¿Integrarse? A veces pienso que lo más sensato es un internacionalismo solidario y no ir a trabajar a otros lugares donde les exploten y les usen para poder pagar peor a los del lugar.

Acabar perdiendo la vida en una fiesta no es una casualidad, es una tragedia y un drama generado por el engranaje internacional del dinero.

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