Fuente: geoviolenciasexual.com
Por Corina Fuks. Imagen: Fran Gatica
Ally-Marie Diamond es una feminista neozelandesa, cofundadora de Wahine Toa Rising, una asociación liderada por supervivientes de la prostitución que da apoyo a mujeres, niñas y niños explotados en la prostitución en Aotearoa –nombre de Nueva Zelanda en idioma maorí–. Mestiza europea y maorí-isleña del Pacífico, Ally-Marie es una voz cualificada para hablar sobre la prostitución en su país, que despenalizó la compra de sexo en 2003 con la Ley de Reforma de la Prostitución.
Su testimonio es de suma relevancia en los tiempos que corren en España: nuestro Congreso de los Diputados ha acordado la tramitación de una modificación del Código Penal para castigar al proxenetismo, penalizar a los hombres que paguen por sexo y calificar la prostitución como una forma grave de violencia contra las mujeres. Esta reforma, que es sólo un primer paso contra la explotación sexual comercial, iría en línea con lo que se conoce como modelo nórdico o abolicionista, basado en principios contrapuestos al modelo que regula la prostitución en Nueva Zelanda, donde es considerada un contrato entre “cliente” y “trabajadora sexual”.
La industria de la explotación sexual y personas que se autodenominan “trabajadoras sexuales” reivindican ese modelo neozelandés y los derechos de las mujeres a disponer de sus cuerpos libremente. La postura feminista lucha porque las niñas y mujeres gocen de estos mismos derechos, pero sostiene que esto se logra desde el abolicionismo. Desde la realidad que se esconde detrás de los mitos sobre la prostitución, el abolicionismo no pone el foco en la válida necesidad de sobrevivir que puedan tener las mujeres en situación de prostitución, no es prohibicionismo, sino en el crimen que se produce cuando un hombre cosifica a mujeres, las humilla y alquila sus cuerpos para tocarlos, dominarlos, penetrarlos, eyacularlos, o incluso golpearlos, orinarlos, herirlos.. en la inmensa mayoría de los casos, aprovechándose de las situaciones de extrema vulnerabilidad económica y/o emocional que atraviesan estas mujeres, producto de carencias materiales y abusos sexuales previos a la entrada en la prostitución.
– ¿Cómo nació Wahine Toa Rising?
– Cofundé esta organización con un grupo de mujeres, pero Wahine Toa Rising nunca ha sido un tema personal. Se trata de todas las mujeres y jóvenes de mi país. Supongo que nació porque había viajado un poco por el mundo, hecho algunas entrevistas, empezado a trabajar por la abolición, y seguía escuchando hablar sobre el “modelo perfecto” de regulación de la prostitución en Nueva Zelanda. Y pensaba: “¿Cómo?, ¿qué quieren decir con modelo perfecto? No entiendo”. Era muy nueva en el tema de la abolición, en todo lo que se refiere al aspecto político de las cosas. Realmente estaba confundida por el término, porque para mí Nueva Zelanda dista mucho de ser un modelo perfecto.
Nuestro enfoque se centra en dar a las mujeres y jóvenes opciones para salir si desean hacerlo, en que puedan tener un lugar seguro y sanador a donde ir y en donde puedan comenzar a creer que son dignas de mucho más. Así nació la idea de Wahine Toa Rising, que significa Mujeres Guerreras que se Levantan.
Intentamos dejar nuestra huella y ser una voz distinta. Que algunas personas comiencen a hacerse preguntas, a nivel mundial y nacional, porque las únicas voces que se han escuchado en Nueva Zelanda han sido las del colectivo pro lobby de la prostitución.
Es importante tener en cuenta que la regulación de la prostitución en Nueva Zelanda solo se aprobó por la diferencia de un voto. De modo que fácilmente podríamos estar aquí sentadas ahora hablando de lo grande que es la igualdad o el modelo nórdico. Si en el pasado hubiera habido sólo un poco más de apoyo al modelo nórdico en Nueva Zelanda, ¿quién sabe qué podría haber ocurrido?
“Las únicas voces que se han escuchado en Nueva Zelanda han sido las del colectivo pro lobby de la prostitución”
“La regulación de la prostitución en Nueva Zelanda solo se aprobó por la diferencia de un voto”
– ¿Cómo apoya su organización a las mujeres que quieren salir del negocio de la explotación sexual?
– Somos una organización muy nueva, nacimos justo antes de que estallara la pandemia del Covid-19. Lo que hacemos está muy limitado en comparación con lo que nos gustaría poder estar haciendo, pero siempre estamos presentes tanto para las mujeres que están dentro como para las que han salido del comercio de la explotación sexual a través de redes de apoyo y ayuda online y telefónica. También las ponemos en contacto con diferentes servicios para que sean bien atendidas, dependiendo de lo que necesiten. Con el tiempo nos gustaría no tener que derivarlas, disponer de estos servicios nosotras mismas, pero en este momento hacemos de puente.
Tenemos en cuenta que siempre sean ellas nuestra guía, porque no todas las que nos llaman quieren salir. Algunas personas sólo nos llaman porque quieren hablar. Por ello les preguntamos primero qué necesitan, cuál es la manera en la que mejor podemos ayudarlas en ese momento, dejando que sean ellas las que dirijan la conversación.
– Como organización, ¿crean también conciencia sobre qué es la prostitución, arrojando luz sobre la realidad que existe detrás?
– Siempre. Buscamos oportunidades porque queremos ser la otra voz, especialmente en los medios de comunicación. Si hay charlas sobre el comercio sexual o ha sucedido algo, por ejemplo si una mujer prostituida ha sido asesinada. Cuando estalló la pandemia del Covid-19, en ese momento Wahine Toa Rising fue una voz muy potente para apoyar a las mujeres en situación de prostitución y pedir al gobierno que también las apoyara, especialmente si elegían salir. Aprovechamos cualquier oportunidad si creemos que podemos marcar una diferencia y proponer otras ideas.
– Es activista abolicionista y también superviviente. ¿Podría explicar cómo la introdujeron en la prostitución?
– Es un tema difícil porque aún estoy en un proceso. Probablemente ha sido en los últimos seis o siete años cuando me doy cuenta de que la prostitución es violencia contra las mujeres. Finalmente me di cuenta de que había sido prostituida, no era que yo me había prostituido. Esto fue un descubrimiento para mí, un momento en que vi la luz. La forma en que fui preparada para la prostitución –por llamarlo así– es siendo abusada sexualmente desde una edad muy temprana. Crecí en un movimiento religioso que era una secta. Allí, desde los tres, cuatro, cinco años o cuando fuera, ya tenía la idea de que todas las cosas que una niña anhelaba estaban relacionadas con el sexo: el amor era sexo, la protección era sexo, la crianza era sexo, la atención era sexo, la seguridad era sexo. Todo era sexo porque la única forma de conexión humana que había tenido era el abuso sexual.
“La forma en que fui preparada para la prostitución –por llamarlo así– es siendo abusada sexualmente desde una edad muy temprana”
Crecí pensando que eso era muy normal. De modo que cuando tenía catorce o quince años mi madre solía decir que yo era muy promiscua, que coqueteaba con los niños. Probablemente lo hacía. Pero para mí, eso era lo normal. Así había sido siempre. Ya había aprendido entonces que de esa forma captabas la atención de los hombres y conseguías el amor y las cosas que querías. Eso era, supongo, lo que me habían enseñado muy bien desde una edad temprana.
No pasó mucho tiempo para que me encontrara en una situación en la que no tenía dinero, tenía muchas facturas que pagar y una bebé. Acababa de salir de una relación violenta muy dura, no tenía apoyo familiar. Entonces allí apareció alguien que podía resolver todos mis problemas: me ofrecía seguridad, un hogar, estabilidad y apoyo económico. Todo lo que esa niña ansiaba estaba allí de nuevo, pero ahora era una mujer adulta y no me llevó mucho tiempo aceptarlo. Supongo que pensé que eso era todo cuanto yo valía. De hecho, en mi cabeza tenía la idea de que había nacido para ser violada, abusada y agredida. Supongo que tenía grabado en mi cerebro que mi propósito en la vida era ser un objeto para los hombres.
“Supongo que tenía grabado en mi cerebro que mi propósito en la vida era ser un objeto para los hombres”
– ¿Qué le hizo tomar conciencia de que fue prostituida y no que se prostituyese?
– Supongo que la prostitución siempre había sido un estigma para mí. Era algo de lo que me avergonzaba, que mantenía escondido por miedo a cómo los demás me verían o juzgarían. Recuerdo que me sinceré y conté mi historia a un par de mis ex y siempre lo usaron emocionalmente en mi contra. Fueron muy violentos. Siempre tuve ese miedo de que, si la gente se enteraba de lo que había hecho, nunca iba a ser amada por nadie.
Comencé a pensar en la prostitución como una forma de violencia contra las mujeres después de salir de una relación violenta, cuando estaba aprendiendo más sobre este crimen y colaborando en un encuentro en Brisbane. Allí una mujer habló de su vida, del comercio sexual y de la violencia contra las mujeres. Me sorprendió su valentía, aunque me tomó un tiempo procesar lo que estaba diciendo: que la prostitución era violencia contra las mujeres. Recuerdo que estaba allí sentada pensando que era increíble que alguien estuviera hablando de eso. De hecho, me acerqué a ella y le pregunté: “¿La gente habla de esto?” Y ella me respondió que sí. Entonces, le conté mi historia. No sabía que había personas que luchaban por un cambio.
Ella me invitó a un evento para compartir mi historia y por primera vez hablé públicamente al respecto. Me sorprendió el apoyo que recibí y ver a todas esas mujeres trabajando por un cambio de sistema y de cultura, afirmando que la prostitución era violencia y que no estaba nada bien, que las mujeres y las jóvenes merecíamos mucho más de los miembros de nuestra comunidad, de sus líderes, de sus gobiernos, de los hombres, de todos. En ese momento comencé a sentir mucha curiosidad por lo que estas mujeres estaban haciendo y cómo estaban ayudando. A partir de ahí, empecé a avanzar, a conocer el modelo abolicionista y creer que era el camino a seguir. Necesité dar un paso adelante con la esperanza de que tal vez si yo podía dar ese paso, entonces eso podría dar fuerza a otras mujeres para también darlo.
– Desde su experiencia personal y el contacto con mujeres prostituidas ¿existe el racismo, la discriminación o la misoginia dentro de la prostitución?
– El racismo y la discriminación van en aumento en la prostitución. Están extremadamente extendidos. En el negocio del sexo en Nueva Zelanda las mujeres maoríes e isleñas del Pacífico están representadas de manera desproporcionada. Ellas representan alrededor del 16% de la población de Nueva Zelanda, pero son un 31,7% en el comercio sexual, más que cualquier otra etnia. También son a las que se les paga menos y las que tienen mayor riesgo de experimentar violencia y abusos. Se las compra en entornos más peligrosos, como en las calles o en salones de masajes de bajo estándar e ilegales. Además, es probable que ingresen al comercio sexual siendo menores de 16 años debido a la pobreza y otros factores, mucho más que las mujeres blancas.
Cuando hablamos del comercio sexual y de las más vulnerables, de eso estamos hablando. Estamos hablando de nuestras mujeres y jóvenes de color. Hablamos de nuestras mujeres y jóvenes con situaciones vitales que están lejos de ser ideales, que sufren la pobreza, la violencia machista, que están siendo abusadas. Este es el grupo de mujeres y jóvenes del que hablamos, nuestras personas más vulnerables.
“El racismo y la discriminación van en aumento en la prostitución. Están extremadamente extendidos”
– Las personas que están a favor del modelo de regularización de Nueva Zelanda dicen que la discriminación, el racismo, la injusticia, se deben en gran parte al estigma. ¿Ha desaparecido este estigma con la regulación de la prostitución?
– Lo primero es que la culpa no la tienen las mujeres ni el estigma. Recae en los hombres, los compradores de sexo y aquellos que se benefician. Siempre trato de dejar claro este punto, porque hablamos mucho sobre la culpa. La culpa siempre debe ser de los hombres que pagan por sexo y de los proxenetas. La culpa nunca debe ser de las mujeres, independientemente de la ley. Además, el modelo nórdico de abolición, el modelo de igualdad, no estigmatiza. Existe para apoyar a las mujeres y al cambio. La ley abolicionista promueve un cambio real porque con la regulación las mujeres no tienen opciones reales, no hay servicios de salida. ¿Dónde está la elección? No pueden elegir si quieren salir porque no hay apoyo para salir. No hay otra opción. Entonces, ¿qué ley estigmatiza más?
– ¿Ha beneficiado de alguna manera a las mujeres en situación de prostitución la Ley de Reforma de la Prostitución aprobada en 2003 en Nueva Zelanda?
– No. En absoluto. En Nueva Zelanda la legalización de la prostitución solo ha beneficiado a proxenetas, mafias y puteros. Pero a las mujeres, no. La ley no ha beneficiado a nadie excepto a aquellas terceras personas que están ganando dinero con ella. Tenemos las tasas de violencia familiar más altas que hemos visto, la pobreza está en su punto más alto y nuestras mujeres maoríes y del Pacífico representan un alarmante porcentaje del comercio sexual. No, no ha beneficiado en absoluto a las mujeres ni mejorado las condiciones de la prostitución.
Cuando escucho hablar de los beneficios de la Ley de Reforma de la Prostitución del 2003 de Nueva Zelanda y que hay que seguir este ejemplo, me horrorizo. Me pregunto si la gente que habla de estos beneficios ha estado aquí, si ha caminado por las calles donde hay prostitución, si han visto a las niñas de nueve años que son vendidas por sus familias o captadas para la prostitución por organizaciones criminales. Si han visto a las niñas de doce años explotadas en las casas de masajes ilegales, si son conscientes de que aquí existe trata de niñas y niños para explotación sexual. De hecho, hay una organización que está enfocada solamente en la explotación de niñas y niños porque en Nueva Zelanda es altísima, a tal punto que se puede escuchar el término “trabajo sexual infantil” referido al abuso sexual infantil. La prostitución no tiene demasiado que ver con las mujeres blancas privilegiadas de clase media que nacieron con distintas opciones, que han tenido una buena educación, una situación económica estable y deciden vender sus cuerpos, éstas son sólo la punta del iceberg, lo que se muestra. Lo que hay debajo del océano, si realmente te interesa descender y mirar, es la realidad que se oculta: infancias vulnerables, racismo, discriminación, violencia familiar y de género, pobreza, abusos de todo tipo, violaciones, trata de seres humanos…
La Ley de Reforma de la Prostitución del 2003 “no ha beneficiado en absoluto a las mujeres ni mejorado las condiciones de la prostitución”
– Hay sectores que dicen que el abolicionismo es un movimiento apoyado por mujeres blancas privilegiadas. ¿Qué opina sobre esta afirmación?
– Esta es mi afirmación: como superviviente de prostitución, prefiero ser apoyada por mujeres blancas privilegiadas y críticas que son guiadas por su corazón, que por hombres blancos privilegiados narcisistas y prejuiciosos guiados por sus pollas. Además de esto, nunca he conocido a una mujer blanca en el movimiento abolicionista que pueda decir que haya sido prejuiciosa. En mi experiencia personal, ni una sola. Todas han sido amables, increíblemente solidarias e incondicionales en su apoyo. Siento el máximo respeto y admiración por ellas. Creo que son increíbles. Personalmente, he aprendido que las declaraciones son normalmente más verdaderas y más una reflexión sobre la misma persona que las hace, que sobre la persona de la que supuestamente dicen tratar.
Necesitamos entender que la prostitución va en contra de las mujeres. Cuando una niña es abusada sexualmente, una de cada 5 niñas o niños lo es, y normalmente por alguien que conoce, ya está siendo preparada para la explotación sexual. En algún momento tenemos que unirnos y decir: “No, esto no está bien. Somos mujeres, merecemos que nos traten mejor. Estos son nuestros hijos e hijas y merecen ser tratados mejor”. Nuestros varones deben saber que no está bien tratar a las mujeres así y nuestras niñas necesitan saber que no está bien que las traten así. Tenemos que empezar a cambiar esta mentalidad y esta cultura.
“Necesitamos entender que la prostitución va en contra de las mujeres”
– Recientemente ha estado en España junto a otras activistas y supervivientes durante una semana abolicionista para apoyar el proyecto de reforma del Código Penal. ¿Cómo crees que este tipo de acciones de nivel internacional pueden contribuir a la abolición de la prostitución?
– No es un tema nacional sino un problema global. Está sucediendo en todas partes. Si no puedes verlo es solamente porque no estás mirando bien. Me quedé impresionada por España. Pienso que lo que estáis haciendo allí es increíble. Un gran ejemplo de qué cambio puedes crear cuando te unes, tienes el mismo propósito, el mismo enfoque. Es inspirador y valiente. Creo que la luz de todas vosotras en España va a brillar en todas partes, que cuando los países, las mujeres, las organizaciones y los hombres –porque ahora tenemos también algunos hombres abolicionistas que se están sumando y nos están apoyando– comencemos a unirnos en todas partes, nuestras luces brillarán tan intensamente que el resto de los países que aún estén en la oscuridad no tendrán más remedio que sentarse y tomar nota.
– La descripción que hizo de la prostitución durante su primera charla en ese encuentro dejó al público boquiabierto no sólo por el contenido, sino también por la riqueza de detalles y el nivel de narración: es evidente que tiene un don para escribir. ¿Ha pensado en escribir un libro?
– Sí. Me encanta escribir, tal vez es hora de que comience a escribir un libro. Supongo que debido a que mi historia es tan dura, debo darle una vuelta porque también tengo que dar esperanza y no sólo poner a la gente en el lugar en el que yo he estado. Lo que busco es evitar que las mujeres y las jóvenes vivan esa vida e impedir que los países adopten un modelo que legitime y legalice esta violencia. Sé que una vez que comience a escribir no me detendré. Necesito encontrar primero una editorial (risas).
Me gustaría recomendaros un libro corto que hemos publicado desde Wahine Toa Rising y CATWA (Coalición Contra la Trata de Mujeres en Australia): Busting 16 myths about sex trade (Desmontado 16 mitos sobre el comercio sexual), porque responde a muchas preguntas, por ejemplo, la de la libre elección. En la parte superior del iceberg está lo que la gente ve: la elección del trabajo sexual. Si tuviera el poder de mostrar lo que hay bajo de la superficie del océano, se vería algo muy diferente. Siento que mi misión es dar la vuelta al iceberg para que la gente pueda ver lo que está flotando debajo y qué es realmente la prostitución.