El pasado mes de agosto se celebró en la Casa Emaús el curso “Solidaridad hoy. Hacia una ecología integral: transformemos la sociedad de la explotación y el despilfarro” dentro de los Encuentros para la solidaridad 2021.
Fue una experiencia rica en la que muchas personas compartieron con nosotros sus conocimientos y trabajos. Contamos con las aportaciones de José Esquinas, Germán López, Franco Llobera, Malik Gueye o Papalaye entre otros.
Hemos descubierto que el agronegocio y el despilfarro son dos caras de la misma moneda. Los alimentos se han convertido en una mercancía y por eso, a pesar de que se produce un 70 % más de comida de la necesaria para alimentar a la población mundial, el hambre hoy está aumentando.
Por otro lado, la experiencia de emigrantes que han tenido que abandonar su país porque sus recursos naturales han sido esquilmados por las multinacionales nos mostró otros rostros de este problema. Vimos cómo la destrucción de la pesca tradicional en Senegal, provocada por el expolio de los recursos pesqueros de los grandes barcos de las empresas europeas ha obligado a los pescadores senegaleses a venir a Europa. Estas personas se enfrentan aquí con nuevas injusticias como leyes que los criminalizan, el abuso y la explotación en el trabajo y los prejuicios y el racismo de parte de la sociedad.
La encíclica “Laudato Si’” nos abrió los ojos a una visión de la ecología integral y a la búsqueda de un desarrollo humano integral y nos lanzó a hacer redes entre quienes creen que es posible construir la casa común desde abajo.
La última parte del curso se centró en experiencias que nos dieron pistas para la acción. Fue una suerte poder visitar la CSA Vega de Jarama, que nos enseñó su huerta y sus gallineros y conocer a la gente de Huerta Molinillo de Burgos que trabajan desde el campo por una producción ecológica y apoyados por el compromiso de consumidores. Conocimos también la experiencia de las ecoaldeas y descubrimos las posibilidades de un supermercado cooperativo que apuesta por la agroecología con la aportación de la OSA, proyecto que está funcionando con 1100 socios en Tetuán.
Fue importante también tener presentes las vidas de quienes desde los países empobrecidos luchan por defender sus tierras y el medioambiente de sus lugares de origen y con ello la vida de sus comunidades. Por eso recordamos el testimonio de personas como la hondureña Berta Cáceres, los cartoneros de Argentina, Máxima Acuña desde Perú, Dorothy Stang en Brasil o Silas Siakor y Benedict Ayodi en África, y conocimos la asociación Manibí de Ecuador.
En cuanto a las acciones contra el despilfarro, Cristina Romero nos presentó la iniciativa que emprendió para llevar al congreso de los diputados una petición para que no se tire la comida sobrante de los comedores escolares. Y Juan Marcos de Miquel nos mostró su trabajo desde el servicio de Salud Pública de la Generalitat de Cataluña y cómo ha participado en muchas iniciativas para aprovechar los menús sobrantes en los colegios, con la implicación de los propios alumnos, siendo esto, además, una herramienta educativa vivencial para los muchachos.
Finalmente José Santos nos lanzó una lista de acciones que, desde lo personal a lo institucional, nos marcan un camino para comprometernos en la lucha contra el despilfarro: realizar cambios en nuestro consumo (comprar más fresco, más cercano, agroecológico,…), poner en práctica el taller de aprovechamiento de cocina que realizamos en el curso, comprometernos con tareas de concienciación (aprovechemos su página: https://despilfarroalimentario.org), construir alternativas (crear grupos de consumo, cooperativas mixtas de productores y consumidores,…), exigir leyes contra el despilfarro eficaces,….. Y finalmente nos insistió en no separar la lucha contra el despilfarro de la lucha contra el drama del hambre en el mundo.
Solo nos queda comentar que terminamos con el compromiso de hacer vivible en las redes sociales el 29 de septiembre día contra el desperdicio de alimentos y nuestra denuncia de esta realidad tan injusta y evitable.